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VIAJE: LISBOA / PORTUGAL, EN CARNAVALES, del 5 al 9 de febrero 2016

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PROGRAMA

Viernes 5 de febrero VALLADOLID - LISBOA  (CENA)
Salida a las 15.00 horas desde la plaza de Colón (junto al Hospital Campo Grande). Llegada a Lisboa, recepción y cena en el hotel. Alojamiento.

Sábado 6 de febrero LISBOA - BELÉM - MUSEU NACIONAL DE ARTE ANTIGA (P. COMPLETA)
Desayuno, por la mañana visitaremos Belém, donde se encuentra el Monasterio de los Jerónimos (entrada incluida), declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983, que constituye uno de los principales ejemplos de la arquitectura manuelina en Portugal y un homenaje a la época dorada de los descubrimientos. A continuación veremos la Torre de Belém (entrada incluida), a orillas del Tajo, símbolo por excelencia de la ciudad de Lisboa, está declarada Patrimonio de la Humanidad. Seguidamente visitaremos la zona comercial y con más ambiente de Lisboa. La Plaza del Comercio, situada en la Baixa  Pombalina  abierta al Tajo, que es otro de los símbolos de la ciudad de Lisboa. La Plaza de Rossio que es la más famosa de Lisboa, ubicada también en la zona de la Baixa, siendo el centro neurálgico de la vida en el centro de la ciudad desde el siglo XIII, cuando los alrededores del castillo concentraban las actividades cotidianas y los habitantes de la ciudad se reunían en esta plaza que ha sido testigo de juicios, fiestas populares, desfiles, encuentros políticos y religiosos, ejecuciones de la Inquisición, que tenía su sede en esta plaza, y hasta de peleas de toros. El elevador de Santa Justa (incluido) con sus 45 metros de altura, nos llevará hasta el Chiado y el Barrio Alto En su interior, dos ascensores revestidos de madera trasportan a los viajeros hasta una amplia terraza donde podremos obtener unas buenas vistas del río y de toda la Baixa, la Plaza de Rossio, la Plaza del Comercio y el Castillo de San Jorge. 
Al salir por la pasarela que conecta con el Chiado, podemos hacer un descanso en la pequeña y bulliciosa Praça do Carmo, frente a la cual se encuentran las hermosas ruinas del antiguo Convento do Carmo. Almuerzo, visitaremos a continuación el Museo Nacional de Arte Antiga (entrada incluida), que alberga unas 2.200 pinturas y extensas colecciones de dibujo y grabado, escultura y artes decorativas, tanto nacionales como extranjeras. Visita nocturna guiada. Realizaremos panorámica de la ciudad de Lisboa  iluminada, pasando por San Jerónimo, Torre  de Belem, Monumento de los Descubridores, Plaza del Comercio, Plaza del Rossio, y disfrutaremos de un rato para dar un paseo bien por el Barrio Alto o en Cais de Sodre. Cena y alojamiento en el hotel.

Domingo 7 de febrero SINTRA - CASCAIS-ESTORIL - BOCA DO INFERNO - PARQUE DE LAS NACIONES  (P. COMPLETA)
Desayuno en el hotel  y salida para visita al monumental Cristo Reí (entrada incluida) frente a Lisboa. La monumental estatua, copia del Cristo Redentor de Río de Janeiro, tiene una altura de 28 metros y fue esculpida por Francisco Franco de Sousa. Frente al monumento se colocó en febrero de 2007 una gran cruz, conocida como Cruz Alta, proveniente del Santuario de Nossa Senhora de Fátima. Continuaremos viaje hasta  la población de Sintra, plaza fuerte y lugar de descanso de la monarquía y aristocracia portuguesa. Visita al Palacio da Vila (entrada incluida) y el Cabo da Roca, punto más Occidental de la Europa Continental. Almuerzo en el hotel. Por la tarde continuación a Estoril, donde podremos visitar su famoso Casino y pasear por sus playas y paseo marítimo. Continuamos ruta hacia la villa de Cascáis y su hermosa bahía. También veremos el acantilado de “Boca do Inferno”. A continuación paseo en teleférico (incluido) por el Parque de las Naciones, donde se celebró la Expo 98, y que hoy sigue siendo zona de ocio para los lisboetas. A la hora señalada regreso al hotel, Cena y alojamiento.

Lunes 8 de febrero SEIXAL - SETÚBAL - ARRÁBIDA - SESIMBRA   (P. COMPLETA)
Desayuno en el hotel y salida para visita Seixal, situada junto a un extenso brazo del río Tajo, esta ciudad de la orilla sur, cuenta con un núcleo ribereño antiguo y bien conservado, destaca la Iglesia Mayor de la Inmaculada Concepción (iglesia quinientista, revestida de azulejos azules y blancos del siglo XIX). Salida con destino a Arrábida. Haremos una breve parada en Setúbal para  subir hasta el mirador del  Castillo de Palmela y disfrutar de las mejores vistas de la ciudad de Lisboa y de la bahía del río Sado. Cruzando la región del vino blanco de Palmela disfrutaremos de su paisaje único, formado por viñedos y árboles del corcho, típicos de la zona. Ya en el Parque Natural de Arrábida llegaremos a su punto más alto, a 500 metros de altura, donde podremos contemplar una panorámica del parque y de las playas del Océano Atlántico. A continuación nos acercaremos a Sesimbra, uno de los pueblos típicos donde los lisboetas hacen escapadas, el paseo marítimo lleva al pintoresco Porto da Abrigo, el antiguo puerto de pescadores donde veremos pequeños botes amarrados de colores y algún bote abandonado. El pueblo puede presumir de haber sido un puerto importante del imperio marítimo portugués. Regreso al hotel para el almuerzo, hoy disfrutaremos de un plato típico (zapateira).
Por la tarde nos desplazaremos hasta el centro de Lisboa, donde cogeremos el tranvía 28 que nos llevará hasta el Barrio de Alfama, el barrio más auténtico y también más antiguo de Lisboa. Podremos admirar el Panteón Nacional, inmensa construcción barroca, que antaño era conocido como Iglesia de Santa Engracia. Visitaremos el Castillo de San Jorge (entrada incluida). Con más de ocho siglos de historia, el Castelo de São Jorge sobresale en entre las callejuelas desordenadas de la colina más alta de Lisboa. Antiguamente se lo conoció como Castelo dos Mouros, pues se trataba de una fortificación musulmana reconquistada a mediados del siglo XII por Alfonso Henríquez, primer rey de Portugal, tras un cerco de tres meses y con ayuda de los cruzados (de ahí su nombre, pues muchos de ellos profesaban devoción al mártir San Jorge). Durante el siglo siguiente, al constituirse Lisboa como capital del reino, y hasta mediados del XVI, el Castillo de San Jorge vivió su período de máximo esplendor, pues reconvertido en Palacio Real fue testigo de acontecimientos históricos como la recepción de Vasco de Gama a su regreso de la India. 
Continuación hasta la Catedral de Lisboa (entrada incluida), de estilo románico, una de las visitas obligadas en el barrio de Alfama. Se trata de uno de los pocos monumentos supervivientes a los sucesivos terremotos e incendios que han asolado la ciudad. Su construcción comenzó a mediados del siglo XII, cuando Alfonso Henríquez y el primer obispo de Lisboa, Gilbert de Hastings, decidieron levantarla sobre una antigua mezquita tras reconquistar la ciudad a los musulmanes durante la Segunda Cruzada. Regreso al hotel. Cena y alojamiento.

Martes 9 de febrero ÓBIDOS - ALCOBAÇA - VALLADOLID   (DESAYUNO + COMIDA)
Desayuno en el hotel y salida hacia Óbidos, realizaremos una visita guiada por  el más bonito de los pueblos medievales portugueses. Las murallas medievales rodean esta bella ciudad, coronada por el Castillo de Óbidos e Iglesia de Santiago (reconvertida en una librería, uno de los edificios más representativos de la localidad), y de la que parten calles empedradas con sus casas blancas animadas por buganvillas y madreselvas. Continuación a Alcobaça, donde podremos admirar el Monasterio Cisterciense de la Real Abadía de Santa  María del S. XIII (entrada incluida). Almuerzo y  regreso a Valladolid.




PRECIO SOCIO EN HABITACIÓN DOBLE: 590 €
PRECIO NO SOCIO EN HABITACIÓN DOBLE: 640 €
PRECIO SOCIO EN HABITACIÓN INDIVIDUAL: 725 €
PRECIO NO SOCIO EN HABITACIÓN INDIVIDUAL: 775 €

INCLUYE:
Autocar última generación, con WC, DVD y el último sistema en control de frenado y seguridad.
PC + 1 MP en Hotel 4* Vip Marques Apartahotel en Lisboa.
Agua incluida en las comidas.
Dossier informativo.
Acompañante de Domus Pucelae
Seguro de viaje
Seguro Anulación y Cancelación
Reunión informativa con vino español
GUÍAS:
1 Guía acompañante en destino.
1 Guía local en Lisboa
1 Guía local para panorámica nocturna
1 Guía local para Lisboa ,Cascáis y Estoril
1 Guía local para Lisboa, Seixal y Sesimbra
1 Guía oficial para Óbidos y Alcobaça
 LISBOA:
Visita panorámica de Lisboa.
Visita Lisboa iluminada.
1 Entrada al Monasterio de los Jerónimos
1 Entrada a la Torre de Belén
1 Entrada Catedral de Lisboa.
1 Entrada Castillo de San Jorge
1 Entrada en Museo Arte Antiguo
1 Entrada Al Santuario Cristo Reí
1 Entrada Teleférico Parque de las Naciones
1 Entrada Elevador de Santa Justa
1 Entrada Tranvía 28
Visita plazas de Rossio, Comercio, Do Carmo, Marqués de Pombal.
Visita de los Barrios: Alto, Bajo, Barrio, Chiado y Alfama.
 SINTRA:
Visita panorámica de Sintra.
1 Entrada Palacio da Pena
CASCAIS- ESTORIL:
Visita del entorno de las dos localidades.
Entrada al Casino de Estoril
Acantilado Boca do Infierno.
SEIXAL - SETUBAL- ARRABIDA - SESIMBRA:
Visita cultural y paisajista.
Seixal: Iglesia Mayor de la Inmaculada Concepción.
Setubal: Visita exterior del Castillo de Palmela.
Arrábida: Parque Natural de Arrábida
Sesimbra: Porto da Brigo.
ÓBIDOS:
Visita panorámica de la ciudad medieval.
Iglesia de Santiago.
Castillo de Óbidos
ALCOBAÇA:
Entrada Monasterio Cisterciense de la Real Abadía de Santa María
Almuerzo en restaurante en Alcobaça

NOTA: Informamos que estamos a la espera que se confirme si finalmente el gobierno portugués implanta a partir del 1 de Enero la tasa turística en Lisboa. De éste tema daremos información en la reunión informativa.

INFORMACIÓN Y RESERVA DE PLAZAS: Información y reserva de plazas en: domuspucelae@gmail.com o tfno. 608419228  a partir de las 0 horas del día 11 y hasta el 18 de diciembre 2015, debiendo hacer entrega a la reserva de 150 €  y el resto del importe del viaje, antes del 20 de enero 2016 en Viajes Carrefour Valladolid 9,  en calle Santa Clara 1 (esquina con C/. Gondomar) de Valladolid.

El pago se podrá realizar en efectivo, con tarjeta de crédito o por transferencia (solicitar datos a la agencia).

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Un museo interesante: SAN PEDRO CULTURAL, Becerril de Campos (Palencia)

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El centro que hoy presentamos, enclavado en la zona palentina de Tierra de Campos, podría considerarse como uno de los proyectos más originales de cuantos se han proyectado y llevado a cabo en los últimos años en España —incluso en Europa—, fruto de la creatividad y el tesón de un colectivo que, trabajando con rigor e imaginación, ha tenido la fortuna de encontrar apoyo en las instituciones públicas (Ayuntamiento de Becerril de Campos y Ministerio de la Vivienda a través del 1% Cultural) para hacerlo realidad.

El proyecto "San Pedro Cultural" puede fascinar por igual a quienes lo consideran un grato ejemplo de recuperación del patrimonio histórico-artístico como a quienes se encuentran con la reconversión de una vieja iglesia en un espacio científico relacionado con la astronomía. En un caso y en otro el resultado es sorprendente. Y, como suele ocurrir por estas tierras, el punto de partida es el poso histórico derramado por la extensa llanura castellana.

El ábside de San Pedro en ruinas
En Becerril de Campos el visitante queda atrapado por un extraño sortilegio que emana de cada uno de sus rincones para mostrarle su pasado esplendoroso. No hay que hacer ningún esfuerzo, sólo callejear y dejarse llevar. Entre características calles soportaladas y recónditas plazas, entre arquitecturas de adobe y alardes mudéjares en ladrillo, van apareciendo como puntos de referencia las torres y fachadas de las parroquias que antaño estuvieron activas: Santa María, Santa Eugenia, San Martín, San Miguel y San Pedro, construcciones que muestran una amalgama de estilos que oscilan del románico al barroco, con el atractivo de conservar una gran colección de obras de dos geniales artistas que trabajaron en el siglo XVI en el ámbito palentino: Alejo de Vahía y Pedro Berruguete.

De todas ellas, la iglesia de Santa María y la iglesia de San Pedro se han convertido en sendos museos, la primera para mostrar un impresionante conjunto de pinturas y esculturas, único en su género, y la segunda convertida en un espacio mágico después de permanecer durante muchos años abandonada a su suerte, para desesperación de los becerrileños desde que se cerrara al culto en los años 40, que por mucho tiempo conservarán en su retina la dramática imagen de las bóvedas arruinadas y el ábside sufriendo una lenta y desesperante agonía.

Pórtico reconstruido del edificio
Pero afortunadamente la sensibilidad de los gobernantes parece haber cambiado y el proyecto para San Pedro, presentado en 2011 y considerado como una verdadera quimera por los más escépticos, se hizo una realidad y abrió sus puertas el 19 de marzo de 2015 entre dulzainas y tambores, motivo de celebración por toda la población, que ha visto como tan original aula de astronomía se ha convertido en un acicate más para acercarse al enclave monumental que es Becerril de Campos. En este sentido, la puesta al día de la población con una obra de vanguardia podría equipararse a cuando a mediados del siglo XVIII sus tierras fueron recorridas por el llamado Ramal de Campos del grandioso proyecto navegable del Canal de Castilla, cuyas aguas acarician la parte oeste del caserío.

El centro San Pedro Cultural establece un sugestivo contrapunto al bucólico Humilladero que se levanta en las afueras del pueblo. Allí una sencilla e histórica construcción levantada en plena naturaleza, un punto ideal para la contemplación de las estrellas en noches despejadas por las características despobladas del territorio. En San Pedro una interpretación de ese universo inabarcable y lleno de misterios para los neófitos en astronomía.

Portada románica del siglo XII
Entre 2012 y 2014 Álvaro Gutiérrez Baños y los hermanos Juan y Carlos del Olmo García, autores del proyecto, fueron reconvirtiendo las ruinas en un espacio único. En la rehabilitación del edificio la tarea principal consistió en reponer la cubierta de la nave y consolidar la fachada arruinada, manteniendo un respeto ejemplar por los elementos originales conservados, entre ellos la fantástica portada románica del siglo XII. Pero no sólo eso, ya que en el interior preservaron, a modo de testigos de su historia, la pila bautismal, losas de enterramientos de antiguos linajes y restos de pinturas murales góticas descubiertas al picar los muros durante los trabajos. Paralelamente, se ha realizado la urbanización de todo el entorno, que preserva de humedades y realza la mole constructiva.

Pero estos elementos monumentales, tan habituales por las poblaciones de Tierras de Campos, se convierten en algo único en su espacio interior, mágico e inesperado, tanto por la puesta en escena a partir de las nuevas tecnologías como por su pureza expositiva, de modo que si el antiguo coro se ha transmutado en un observatorio espacial desde el que se contemplan algunos planetas, sobre el ábside oscila el péndulo de Foucault que nos informa del movimiento de nuestro planeta, reservando el centro de la nave para la colocación de una línea meridiana —única en España— que pasa por el centro de la portada románica y sobre la que un pequeño rayo de sol señala los signos del zodiaco, los solsticios y equinoccios, mientras en las bóvedas se contempla un estelario que reproduce la vista de estrellas visibles desde Becerril de Campos en una noche despejada.
Péndulo de Foucault en el ábside
Asimismo, en el exterior del atrio se ha colocado un reloj de sol de doble cara. Pero no sólo eso, pues el centro permite estudiar fenómenos como los eclipses de sol, las manchas solares, etc., complementando sus actividades con conferencias sobre astronomía y todo tipo de actividades culturales, al estar concebido como un espacio multidisciplinar.

LA LÍNEA MERIDIANA

Su instalación fue el punto de partida para convertir San Pedro en un aula astronómico. El plano meridiano local es el que pasa por tres puntos: los polos norte y sur y el lugar donde nos encontramos, de modo que, trazada sobre el pavimento, indica la dirección Norte-Sur. Sobre ella se proyecta la luz solar que penetra por un minúsculo orificio practicado en un ventanal de la nave y señala sobre la línea meridiana los solsticios, de invierno hacia el Norte, y de verano hacia el Sur. Aunque hay líneas que marcan el "meridiano cero", como el de Greenwich (referencia mundial), el del Observatorio de París y el del crucero de la catedral de Colonia, el modelo diseñado para San Pedro de Becerril está inspirado en el realizado por Domenico Bianchini en la basílica de Santa María de los Ángeles de Roma, donde el sol que penetra por un orificio (estenope) practicado en el muro sur proyecta una elipse sobre la meridiana embutida en el pavimento.

Ábside y estelario en la bóveda
Para ello, y con gran ingenio, la nave del edificio está convertida en una cámara oscura, con un pequeño orificio abierto al exterior y orientado al sur, a modo de una gigantesca cámara fotográfica por la que penetra un pequeño rayo que se posa sobre el pavimento sobre el que está embutida la meridiana metálica, no sólo permitiendo establecer la época del año, sino también observar las manchas solares más significativas. Una peculiaridad en San Pedro es que la meridiana trepa verticalmente por uno de los pilares para permitir observar la proyección durante el solsticio de invierno.

La meridiana indica la hora exacta del mediodía solar verdadero, indica los solsticios y equinoccios relacionados con la traslación terrestre, puede utilizarse como calendario, permite medir ángulos con una gran precisión y determinar la duración del año. En ella se basó el Calendario Juliano, que fue sustituido en 1582 por el Calendario Gregoriano (que toma el nombre del papa boloñés Gregorio XIII) tras los estudios que los grandes astrónomos Clavius e Ignacio Danti hicieron sobre la meridiana trazada en la catedral de San Petronio de Bolonia.

Cornisas barrocas y arranque del estelario
EL PÉNDULO DE FOUCAULT    
   
Aparece colgado en el ábside, con el extremo colgando desde el cascarón en el que se ha mantenido la rotura original durante el hundimiento de la bóveda. Está basado en el experimento científico llevado a cabo por Foucault en 1851, bajo la cúpula del Panteón de París, en el que pudo demostrar la rotación terrestre sin necesidad de contemplar las estrellas. De forma sencilla, el visitante puede tomar conciencia de como la iglesia de San Pedro se desplaza imperceptiblemente al mismo tiempo que lo hace el planeta Tierra.

EL ESTELARIO     

Por encima de los arcos de la bóveda que cubre la nave central, el interior o intradós de la nueva cubierta se ha convertido en una superficie azulada sobre el que se ha trazado un "stellarium" que simula, a través de diodos luminosos, las constelaciones visibles en Becerril de Campos durante las noches de verano.

Rayo de sol sobre la línea meridiana
EL ESTENOPE OCCIDENTAL   

Del mismo modo que ocurre con el estenope que permite la entrada de un rayo de sol sobre la meridiana, se ha realizado otro orificio sobre el óculo del antiguo coro que permite la llegada de un rayo del sol poniente hasta el ábside durante el solsticio de invierno, de modo que se proyecta con precisión sobre el pequeño nicho descubierto en el ábside, cuyo interior está ornamentado con pinturas góticas de estrellas. El movimiento del rayo de sol por el ábside adquiere un aspecto mágico.

San Pedro Cultural es, en definitiva, una genial idea que une arte, arquitectura de vanguardia y astronomía con carácter lúdico y didáctico, una experiencia pionera y arriesgada, nacida del talento, que es preciso conocer.




El coro transformado

HORARIO DE VISITAS
De martes a domingo: de 10 a 15 horas.
Visitas guiadas a las 11, 12, 13 y 14 horas (grupos de 20 personas)
Sábados: de 10 a 15 h. y de 16,30 a 18,30 h.
Visitas guiadas a las 11, 12, 13 , 14, 17 y 18 h (grupos de 20 personas).

TARIFAS
General: 2 €.
Estudiantes: 1,5 €.
Desempleados, jubilados, grupos de más de 10 personas, etc.: 1 €.

Más información: San Pedro Cultural.


















Pintura sobre el muro del coro














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Bordado de musas con hilos de oro: YO DIJE SIEMPRE, Y LO DIRÉ, Y LO DIGO, de Lope de Vega

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YO DIJE SIEMPRE, Y LO DIRÉ, Y LO DIGO

Yo dije siempre, y lo diré, y lo digo,
que es la amistad el bien mayor humano;
mas ¿qué español, qué griego, qué romano
nos ha de dar este perfeto amigo?

Alabo, reverencio, amo, bendigo
aquel a quien el cielo soberano
dio un amigo perfeto, y no es en vano;
que fue, confieso, liberal conmigo.

Tener un grande amigo y obligalle
es el último bien, y por querelle,
el alma, el bien y el mal comunicalle;

mas yo quiero vivir sin conocelle;
que no quiero la gloria de ganalle
por no tener el miedo de perdelle.

LOPE FÉLIX DE VEGA Y CARPIO(1562-1635)

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Theatrum: TABLAS DE LA VISITACIÓN, SAN MATEO Y SAN MARCOS, la resistencia de la tradición hispano-flamenca

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TABLAS DE LA VISITACIÓN, SAN MATEO Y SAN MARCOS
Maestro de Portillo (activo en el primer tercio del siglo XVI)
Entre 1505 y 1520
Óleo sobre tabla
Museo Diocesano y Catedralicio, Valladolid
Procedente de la iglesia de Santa María de La Seca (Valladolid)
Pintura hispano-flamenca













En las postrimerías del siglo XV y durante la primera década del XVI comienzan a penetrar en Castilla, muy lentamente, las influencias de la novedosa pintura renacentista italiana. En esos años se configura un potente foco de irradiación estilística en la provincia de Palencia, a cuya diócesis también pertenecía Valladolid, siendo tres las personalidades más destacadas que a ello contribuyeron: Pedro Berruguete (1450-1503), Juan de Flandes (1465-1519) y el Maestro de Becerril (García Ruiz?, activo entre 1520 y 1535).

El proceso no fue sencillo, ya que en Castilla, con la reina Isabel la Católica a la cabeza, los comitentes estaban fascinados por las sorprendentes imágenes que, con una ejecución técnica impecable, realizaban los primitivos flamencos, cuyas pinturas, en virtud de las relaciones comerciales con Flandes, llegaban a Castilla de forma masiva. Este fenómeno estético no sólo dio lugar a que comenzara a ser reclamada la presencia de pintores procedentes de aquellas latitudes, sino que los propios pintores españoles, que habían sido formados en base a los parámetros del gótico internacional, asumieron como una esponja las técnicas y el estilo llegado del norte para decantarse decididamente por emular las experiencias flamencas. Surge así un estilo híbrido que hoy denominamos hispano-flamenco, aplicable a pintura y escultura, cuyo arraigo en el gusto castellano fue la causa de la lenta penetración de las formas italianas.

Un caso paradigmático fue el de Pedro Berruguete, prototipo de la juventud española que, cansada de las viejas formas, después de haber realizado una sólida formación flamenca emprendió la búsqueda de novedades como lo hicieran los escritores contemporáneos. Con esta intención, en 1472 viajó a Italia y en la corte de Urbino se puso en contacto con la pintura más vanguardista del momento, comenzando a aplicar a sus pinturas una visión humanista, cargada de tensión psicológica, que no fue capaz de mantener plenamente a su regreso a Castilla en 1483, donde claudicó replegándose en gran medida a los gustos y exigencias de los comitentes, que demandaban masivamente la tradición flamenca. No obstante, puede considerarse a Pedro Berruguete como el primer pintor renacentista de la Corona de Castilla.

Otro tanto puede decirse de Juan de Flandes, formado en la tradición de su país de origen, donde recogió la influencia de la escuela de Gante del último cuarto del siglo XV, así como la gracilidad y el tono poético que Gerard David y Hans Memling desarrollaron en Brujas. Esto queda patente en el célebre Políptico de Isabel la Católica (1496-1504, parcialmente conservado en el Palacio Real de Madrid), en la colección de pinturas que en 1509 se incorporaron en la remodelación del retablo mayor de la catedral de Palencia y en las que hiciera entre 1514 y 1519 para el retablo mayor de la palentina iglesia de San Lázaro. En ellas, a pesar de mantener puro el espíritu flamenco, comienza a incorporar algunas arquitecturas y elementos clásicos en la construcción de los espacios, ajustándose con ello a los nuevos tiempos.

Esto también ocurre en la obra del Maestro de Becerril, el discípulo más aventajado de Juan de Flandes, que formado en la tradición hispano-flamenca acusa la influencia de Pedro Berruguete e incluso de las novedades incorporadas por Juan de Borgoña en Toledo, de manera que, manteniendo los modos flamencos en la descripción minuciosa de los objetos y los modelos humanos implantados por Juan de Flandes, asimila las novedades italianizantes incorporando arquitecturas y motivos renacientes que evocan la antigüedad clásica, con un especial interés por el paisaje, tomando como inspiración grabados y estampas llegadas del norte y de Italia, como series de Durero y Marcantonio Raimondi, transmisor de las pinturas de Rafael.

En este contexto, en el que la pintura se hallaba en plena evolución desde las formas del último gótico y del gusto hispano-flamenco hacia el nuevo lenguaje renacentista, aparece en Valladolid la figura del que fuera denominado por Diego Angulo1 como Maestro de Portillo, por proceder de esta población vallisoletana el retablo tomado como referencia para identificar su obra, colocado en el siglo XIX en la capilla del Palacio Arzobispal de Valladolid, con episodios de la vida de San Esteban.

A pesar de conocer Valladolid una época de desarrollo en todos los órdenes, en los albores del siglo XVI no figuraba en la ciudad ningún pintor de relevancia hasta la irrupción de Antonio Vázquez (c. 1485-1563), estando dominado el panorama pictórico por las influencias ejercidas por los grandes maestros que trabajaban en sus obradores palentinos. Esto se aprecia de forma nítida en la obra del Maestro de Portillo, contemporáneo al Maestro de Becerril, que se convertiría en el más importante de cuantos trabajaron en tierras vallisoletanas y cuyo catálogo se ha ido configurando lentamente.

Fue Elías Tormo quien en 1910 le definió por primera vez en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones como un seguidor de Pedro Berruguete, tras conocer en La Seca estas pinturas que se conservan en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid, aunque sin identificarle ni establecer un corpus. Tras su identificación como Maestro de Portillo por Diego Angulo desde 1940, fue el hispanista estadounidense Chandler Rathfon Post quien en 1947 le atribuyó nuevas obras, al que siguieron los estudios del arqueólogo e historiador Miguel Ángel García Guinea, que emprendió la publicación sistemática de algunos conjuntos conocidos. Posteriormente fueron realizadas nuevas atribuciones por Caamaño, Martín González y Díaz Padrón hasta llegar a conformar un sólido corpus2 relativamente bien estudiado, aunque todavía con lagunas pendientes de completar.

De la vida del Maestro de Portillo no se dispone de referencias documentales. En un principio se le ha venido considerando vecino de Valladolid, aunque por la distribución de su obra conocida Parrado del Olmo proponía en 1993 el posible asentamiento de su taller en Medina del Campo o Tordesillas. Asimismo, en 1991 María José Redondo Cantera apuntaba como Álvaro el posible nombre del artista, tras descubrir este nombre en el nimbo de un San Juan Bautista perteneciente al retablo de San Miguel del Pino.

Por la obra conocida, podemos afirmar que se trata de un pintor fecundo al que durante el primer tercio del siglo XVI le fueron encargados un buen número de retablos, con la multiplicidad de tablas que ello conlleva. En ellas muestra un estilo que le sitúa como decidido seguidor de Pedro Berruguete (uso continuo de fondos dorados) y en menor medida de Juan de Flandes, aunque se han querido encontrar también elementos tomados de la pintura toledana de Juan de Borgoña (perspectivas arquitectónicas), con reminiscencias del flamenco Rogier van der Weyden y del italiano Perugino. El Maestro de Portillo habría realizado su producción en el ámbito vallisoletano durante el primer tercio del siglo XVI, previamente al asentamiento de las fórmulas quinientistas que dominaron la pintura española a partir de los años 40 de ese siglo.

Las tablas de la Visitacióny de los evangelistas San Mateo y San Marcos del Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid, que sin duda fueron concebidas para un retablo, como en el caso del conservado en el Alcázar de Segovia, son muy representativas del modo de pintar del Maestro de Portillo. En ellas se advierte la composición a partir de un dibujo firme y decidido, con figuras muy movidas y de rasgos característicos, así como el gusto por los fondos dorados que simulan brocados mediante incisiones y puntillados, junto a nimbos con arquillos en relieve y ribetes de la indumentaria igualmente dorados, recurso tomado de Berruguete, como también lo es el uso de tonos muy fuertes y puros para representar las vestimentas, en los que predominan el verde, el rojo y el azul.

Otras de sus características son el gusto por realizar una pintura narrativa con mucha gracia, incorporando a las escenas elementos anecdóticos; la habilidad para componer escenas con muchos personajes; una preocupación por dotar de perspectiva a los elementos arquitectónicos y su fidelidad a la tradición hispano-flamenca, limitándose a reflejar las novedades italianas incorporando en algunas escenas discretas arquitecturas clásicas en los fondos.

La Visitación
 Ocupa la parte central del conjunto y en ella aparecen como figuras principales la Virgen y su prima Santa Isabel, que embarazada de San Juan Bautista la abraza y hace una reverencia al conocer su estado, diciendo las palabras de saludo incluidas en la oración mariana del "Ave María". La Virgen luce una túnica roja ajustada a la cintura, que resalta su condición de embarazada, un manto azul y una toca que le rodea el cuello. Santa Isabel viste una túnica interior de ricos brocados en tonos rojizos y un vestido azul superpuesto que se recoge en la cintura dejando asomar el forro blanco. Ambas figuras aparecen destacadas por nimbos dorados, con los característicos arquillos en relieve y los bordes de sus vestiduras recorridas cenefas doradas decoradas con pequeños medallones.
A su lado aparecen dos mujeres que conversan entre sí, una de ellas de espaldas al espectador. Lucen ricas vestiduras recorridas por ribetes dorados y curiosos tocados de fantasía, con todos los elementos descritos con minuciosidad. En un segundo plano una edificación con aspecto de fortaleza recrea la ciudad de Judá donde se produjo el encuentro, con la figura del anciano Zacarías bajando por una escalinata apoyado en un bastón. En los elementos constructivos el pintor aplica una perspectiva muy elemental para proporcionar profundidad a la escena, que al fondo se abre a un bucólico paisaje con un celaje de tonos muy claros y montañas de tonos difuminados.

No falta el gusto del pintor por los detalles anecdóticos, como la inclusión de un árbol seco entre otros con follaje que posiblemente alude a la esterilidad con la que había vivido el matrimonio de Zacarías e Isabel antes de que el arcángel San Gabriel les anunciara el nacimiento de un hijo. Otra curiosidad es la aparición de dos grandes aves, con aspecto de pavos reales, encaramados sobre la muralla del fondo.

San Mateo
Es de presuponer que estas tablas estuvieran destinadas a un retablo en el que aparecerían los Cuatro Evangelistas. San Mateo aparece sentado en un escritorio, en posición de tres cuartos, mientras escribe su Evangelio, siendo ayudado por un ángel, su signo del Tetramorfos, que le sujeta el tintero. En conjunto deriva directamente de los modelos implantados por Pedro Berruguete para la representación de evangelistas y profetas, del que toma el fondo dorado en forma de rico brocado, el pequeño pretil pétreo colocado en primer plano y los tonos brillantes de la túnica azul, el manto rojo y la esclavina verde.
El pintor se esmera en pintar una cátedra de gran riqueza, con uno de los pomos en primer plano, y un pupitre con tracerías góticas en perspectiva, aunque lo más llamativo son los detalles anecdóticos, como el uso de antiparras, el curioso gorro que deja las orejas al aire, el cálamo que moja en el tintero y el libro con el canto dorado, en una de cuyas páginas figura una composición musical, manteniendo en toda la escena las líneas del dibujo estableciendo los contornos.

San Marcos
Repitiendo el mismo esquema, pero con orientación contraria, aparece la figura de San Marcos, en esta ocasión colocada de perfil, redactando su evangelio sobre un pupitre y sentado sobre una rica cátedra. Su identificación viene definida por el león, símbolo del Tetramorfos, cuyas patas rebasan el pretil pétreo. Manteniendo el espíritu berruguetesco, el pintor coloca de nuevo un rico brocado como fondo dorado con trabajos de puntillado, rodea la cabeza con un nimbo dorado con arquillos radiales, aplica un brillante colorido a las vestiduras y dota de una gran realismo a los objetos, en este caso incorporando animales que simulan estar tallados en el frente del escritorio, un curioso gorro rojo sujeto por cintas verdes, un gran broche en el arranque de la manga, flecos sobre los pomos del asiento, el cálamo impregnado de tinta roja y el libro fingiendo la escritura y con una de las páginas levantadas.
Fiel a la tradición flamenca, el Maestro de Portillo plasma con minuciosidad las arrugas del rostro, los cabellos y las barbas y las diferentes texturas, con un meritorio sombreado y procurando el efectismo lumínico.
   

Informe y fotografías: J. M. Travieso.




NOTAS

1 ANGULO ÍÑIGUEZ, Diego. Pintura del Renacimiento. Ars Hispaniae. Historia Universal del Arte Hispánico, volumen XII, Editorial Plus Ultra, Madrid, 1954, pp. 109-110.

2 Conjunto de obras atribuidas al Maestro de Portillo:
* Retablo de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Fuentes de Año (Ávila).
* Retablo de la iglesia de San Pelayo de Sinlabajos (Ávila).
* Retablo de la Iglesia-Museo de San Antolín de Tordesillas (Valladolid).
* Retablo de la iglesia de San Miguel en San Miguel del Pino (Valladolid).
* Retablo de la capilla del Alcázar de Segovia, procedente de Viana de Cega (Valladolid), adonde posiblemente llegó desde la vallisoletana Cartuja de Aniago.
* Tablas de la Visitación, San Mateo y San Marcos del Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid, procedentes de la iglesia de Santa María de La Seca (Valladolid)
* Tabla del Entierro de Cristo, Museo de San Isidro, Madrid.
* Tabla de San Jerónimo, Convento de Santa Paula, Sevilla.
* Serie de tablas conservadas en colecciones particulares.



Sala del Museo Diocesano y Catedralicio, Valladolid
















Maestro de Portillo. Evangelistas de la predela del retablo de la capilla del Alcázar de Segovia
Procedente de Viana de Cega (Valladolid)










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VIAJE: GRECIA / MACEDONIA, EPIRO Y TESALIA, del 19 al 30 de marzo 2016

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PROGRAMA

Sábado19 de marzo VALLADOLID - MADRID - ATENAS - TESALÓNICA
Salida a las 6,45 desde Vallsur y a las 7,00 h. desde la plaza de Colón con dirección a Madrid-Barajas. 09,30 h Presentación en el aeropuerto de Madrid-Barajas, mostradores de Aegean Airlines vuelo A3 689 Madrid – Atenas (12,20-17,00). Enlace con el vuelo A3 126 destino Tesalónica (19.00-19.50). Alojamiento y cena en hotel.

Domingo 20 dee marzo TESALÓNICA
Desayuno, visitas al Museo Nacional Arqueológico (se ubica desde 1962 en un edificio del arquitecto Pátroklos Karantinós), el Museo Byzantino (Edificio moderno construido especialmente para albergar colecciones de la cultura bizantina) y Torre Blanca (uno de los símbolos más importantes de la ciudad). Almuerzo, visitas a Catedral de San Demetrio (Santo patrón de la ciudad), La Rotonda, El Agora y El Eptapyrgion (Patrimonio de la Humanidad 1988). Cena y alojamiento.

Lunes 21 de marzo TESALONICA - STAGEIRA - OURANOUPOLIS - MONASTERIOS MONTE ATHOS - KAVALA
Desayuno y salida hacia Stageira (ciudad de nacimiento de Aristóteles). Visita del Yacimiento arqueológico (ciudad, situada en el centro de Macedonia), almuerzo en ruta. Monasterios del Monte Athos, visita desde el barco, (no permitido visitarlos sobre el terreno, paseo en barco recorriendo la península Calcídica). Salida dirección a Kavala, cena y alojamiento.

Martes 22 de marzo KAVALA - FHILIPI - AMPHIPOLIS - TESALÓNICA
Desayuno, visita Museo Arqueológico de Kavala (historia y arte de la región). Salida hacia Fhilipi (Filipos fue una ciudad de Macedonia oriental fundada por Filipo II de Macedonia, visita yacimiento arqueológico y museo). Almuerzo en Kavala (visita panorámica) y continuando viaje hasta Amphipolis (ciudad griega de la Antigüedad, en Macedonia oriental, situada en la península semicircular formada por el río Estrimón), visita y continuación hasta Tesalónica, cena y alojamiento.

Miércoles 23 de marzo TESALÓNICA - PELLA - VERGINA - EDESA - KASTORIA
Desayuno, Salida hacia Pella (Importante urbe macedonia situada al oeste del río Axio), visita del Museo (El museo reúne hallazgos de las excavaciones, en particular
asombrosos pavimentos de mosaico (ss. IV-III a. C.), Vergina (Patrimonio de la Humanidad, localidad griega situada en el norte, en la región montañosa de Pieria), Tumbas reales, Yacimiento arqueológico, … Almuerzo en Edesa (anteriormente conocida como Vodena, es una ciudad del norte de Grecia, siendo la capital de la Unidad periférica de Pella), visita de las cataratas, ciudad antigua, … Cena y alojamiento en Kastoria.

Jueves 24 de marzo KASTORIA - METSOVO - IOANINA
Desayuno, visita panorámica de Kastoria (ciudad de Grecia perteneciente a la periferia de Macedonia Occidental. Se sitúa en un promontorio en la orilla occidental del lago Orestiada), lago, museo folclórico, Iglesia de Taxiarchis, Iglesia de la Virgen Kumbelidiki. Metsovo (ciudad en el Épiro, concretamente en las montañas del Pindo en el norte de Grecia, entre Ioánina al norte y Meteora al sur) almuerzo, Dirección a Ioanina, cena y alojamiento.

Viernes 25 de marzo (Fiesta Nacional en Grecia) ZAGOROHORIA - MONODENDRI - IOANINA
Desayuno, visita a los pueblos de Zagorohoria. Monodendri, (pueblos en un área de gran belleza natural, con una geología sorprendente y dos parques nacionales, uno que incluye los ríos Aoos y las gargantas de Vikos) almuerzo. Regreso a Ioanina, cena y alojamiento.

Sábado 26 de marzo IOANINA - CASTRO - ISLA DE ALI PACHA - DODONA - PREVEZA
Desayuno, visita de Ioanina (capital de la unidad periférica de Ioánina y de la periferia de Epiro), Castro (pueblo erigido por los venecianos), Isla de Ali Pacha (visita), museo arqueológico. Dodona (El Oráculo de Dodona fue el más célebre de la Antigüedad, después del Oráculo de Delfos). Almuerzo y visita de la isla Pamvotida y a continuación nos dirigimos a Preveza, cena y alojamiento.

Domingo 27 de marzo PREVEZA - NIKOPOLIS - ARTA - PREVEZA
Desayuno, Nikopolis (ciudad griega fundada por Augusto para conmemorar su victoria naval en Accio contra Marco Antonio el 2 de septiembre del 31 a. C., en la embocadura del golfo de Ambracia), Arta (es una ciudad del noroeste de Grecia, en la región de Epiro, y capital de la unidad periférica de Arta), visita a 2 Iglesias bizantinas. Almuerzo en Arta. Iglesia de Parigoritissa. Preveza cena y alojamiento.

Lunes 28 de marzo PREVEZA - NECROMANTEION AMOUDIA (EFFIRA) - PARGA - KALAMBACA
Desayuno, visita de Necromanteion (antiguo templo griego de la nigromancia dedicado a Hades y Perséfone) y Antigua Efyra (visita yacimiento arqueológico). Almuerzo en Metsovo, Kalambaka, cena y alojamiento.

Martes 29 de marzo KALAMBACA - METEORA - KASTRAKI - TESALÓNICA
Desayuno, visita de los meteoros (Los Monasterios de Meteora están localizados al norte de Grecia, en la llanura de Tesalia, en las proximidades de ciudad de Kalambaka, en el valle del río Pinios. Están clasificados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 1988.) y almuerzo en Kastraki. Visita de los dos monasterios más importantes, como el de Transfiguración o Gran Meteoro y el de la Santísima Trinidad. Tesalónica, cena y alojamiento.

Miércoles 30 de marzo
Salida hacia el aeropuerto. Vuelo con Aegean Airlines: A3 103 Tesalónica - Atenas (6.40 - 7.20) y enlace con A3 686 Atenas - Madrid (9.15 – 12 horas).
Regreso a Valladolid y fin de los servicios.



PRECIO SOCIO EN HABITACIÓN DOBLE: 1730 €
PRECIO NO SOCIO EN HABITACIÓN DOBLE: 1780 €
SUPLEMENTO HABITACIÓN INDIVIDUAL: 390 €



INCLUYE:
* Autocar Valladolid/Madrid/Valladolid.
* Billetes aéreos en clase turista.
* Alojamiento en los hoteles indicados.
* Todas las visitas y entradas según programa.
* Pensión completa.
* Guías de habla hispana.
* Transporte en autocar climatizado durante visitas y traslados.
* Guía Domus.
* Dossier Domus.
* Tasas de Aeropuerto incluidas.
* Seguro de viaje.
* Reunión informativa en fecha a comunicar.


NO INCLUYE:
* Propinas y gastos personales o cualquier otro servicio no incluido en el itinerario.
* Los posibles incrementos, modificación precio carburante incrementos del coste de tasas aeropuerto, aumento valor impuestos, …
* Extras en hoteles, bebidas en comidas, propinas.
* Ningún servicio no especificado en el apartado anterior.

REQUISITOS: máximo 30 plazas.

NOTA: El itinerario y las visitas pueden sufrir alguna modificación sin perder el contenido de su conjunto.

INFORMACIÓN Y RESERVA DE PLAZAS: Información y reserva de plazas en: domuspucelae@gmail.com o tfno. 608 419 228  desde las 0 horas del 29 de diciembre 2015 hasta el 15 de enero 2016.

* Datos para la reserva:
Se proporcionarán los siguientes datos: nombre y dos apellidos (mismos que en DNI), DNI, número de socio, nº de teléfonos fijo y móvil, dirección de correo electrónico y domicilio postal completo, incluyendo código postal.

* Forma de pago:
Al realizar la reserva entrega de 150 €.
Primer plazo: Hasta el 5 de febrero, entrega de 630 €.
Segundo plazo (totalidad): Hasta el 1 de marzo, entrega de 950 € (Los no socios pagarán en el segundo plazo un suplemento de 50 € ).

* Penalización por baja y/o anulación de la reserva: 300 € por gastos de gestión.

* Ingresos: Por transferencia bancaria en cuenta o pago con tarjeta autorización en formulario que se enviará a cada participante inscrito a favor de "Grecia Vacaciones" (Agencia en Madrid).







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Cine: UN DEDO EN LOS LABIOS, 16 de diciembre 2015

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Miércoles 16 de diciembre
20 h.
Museo Nacional de Escultura. Capilla del Museo
UN DEDO EN LOS LABIOS
Guión y dirección: Gustavo Martín Garzo y Gonzalo del Pozo Vega

Recogida de invitaciones en Asociación de Amigos del Museo, tienda del Museo.


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VIAJE: PARQUE DE MONFRAGÜE / EXTREMADURA, del 4 al 6 de marzo 2016

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PROGRAMA

Viernes 4 de marzo
Salida a las 15,15  h. desde Vallsur y a las 15,30 h. desde la plaza de Colón con dirección al Parque Nacional de Monfragüe. Llegada a la Hospedería (4*), recientemente renovada y situada en plena naturaleza.  Cena y  alojamiento.

Sábado 5 de marzo
Salida hacia Cácerespara realizar una visita guiada a la ciudad monumental. De regreso a Monfragüe, visita al castillo e iglesia de Monroy. Almuerzo en la Hospedería. Después del almuerzo salida hacia Trujillo, donde se realizará una visita guiada a la histórica ciudad. Regreso a últimas horas de la tarde a la Hospedería. Cena y alojamiento.   

Domingo 6 de marzo
Salida a las 10 de la mañana, acompañados por un guía experto para visitar el Parque Nacional de Monfragüe. Alrededor de las 14 h. llegada la Hospedería. Comida. Salida de regreso hacia Valladolid, donde está previsto llegar a últimas horasde la tarde-noche. 

PRECIO SOCIO: 170 € (habitación doble).
PRECIO NO SOCIO: 175 € (habitación doble).
PRECIO SOCIO: 200 € (habitación individual).
PRECIO NO SOCIO: 210 € (habitación individual).

REQUISITOS: Grupo mínimo 35 personas.

INCLUYE:
Viaje en bus durante todo el recorrido
Dossier, seguro y visitas especificadas.
Pensión completa.

NO INCLUYE:
Entradas a monumentos.

INFORMACIÓN Y RESERVA DE PLAZAS: Por correo en la dirección domuspucelae@gmail.com o llamando al teléfono 608 419228 a partir de las 0 horas del día 30 de diciembre.

Organiza: Agencia de viajes Rasotour.

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Theatrum: LA CASA DE NAZARET, el arte de la ceroplástica en el siglo XVII

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LA CASA DE NAZARET
Anónimo (Posiblemente Juan Revenga, Zaragoza, h.1610-Madrid, h. 1684)
1655 / Urna del siglo XVIII
Cera y madera policromada, tejidos encolados
Museo Nacional de Escultura, Valladolid
Escultura y artes decorativas barrocas








Izda: Magdalena penitente. Bartolomeo Schedoni. Instituto de Arte, Minneapolis
Dcha: Magdalena penitente. Giovanni Francesco Pieri, 1760, Museo Nacional de Escultura, Valladolid
Durante el siglo XVI era común que los escultores presentaran a sus clientes bocetos más o menos terminados, realizados en barro o en cera, de lo que habría de ser una escultura a mayor escala tallada en madera o labrada en piedra. Sin embargo, en Italia algunos escultores encontraron en el modelado con cera —ceroplástica— un material adecuado para realizar relieves y escenas de pequeño formato compuestas por figuras con sugestivos detalles mórbidos, sugestivas indumentarias y objetos de fuerte naturalismo, fruto de la maleabilidad que permitía la manipulación de este endeble material, en ocasiones trabajado con gran virtuosismo. Con ello se recuperaba una técnica ya utilizada en los ritos funerarios del antiguo Egipto que fue continuada por griegos y romanos.

Caterina de Julianis. San Cristóbal, cera policromada
Fue en la pujante Florencia renacentista donde alcanzaron notoriedad los ceraiuoli o especialistas en el modelado en cera, primero como ofrendas votivas y con el tiempo dedicadas al estudio anatómico, derivando en representaciones de personajes ilustres a tamaño natural que presentaban un gran verismo al serles añadidos postizos, como cabellos naturales o indumentarias reales.

     Esta actividad tuvo su continuación desde finales del siglo XVII en la creación de modelos anatómicos con finalidad científica, como la realizada por el taller ceroplástico de La Specola de Florencia1, que estuvo en activo desde 1771 hasta mediados del siglo XIX, una tarea relacionada con la medicina que fue impulsada por Felice Fontana con el apoyo de Pedro Leopoldo de Habsburgo-Lorena, gran duque de Toscana.

Caterina de Julianis. Escaparate del Tiempo y la Muerte
Albert & Victoria Museum, Londres
Durante el Renacimiento y el Manierismo la ceroplástica conoció un fuerte impulso para representar a personajes importantes, como lo prueba el retrato de Carlos V que realizara en cera Alfonso Lombardi (1497-1537). Asimismo, el escultor y medallista milanés Antonio Abondio (1538-1591) retrataba en cera en 1571 a Felipe II y miembros de su familia2, siendo continuada esta actividad por su hijo Alessandro Abondio (1570-1651), medallista y ceroplástico, cuya actividad fue contemporánea a la que desarrollara en Nápoles y Génova el pintor y escultor siciliano Giovanni Bernardino Azzolino (1572-1645). 

A los trabajos de estos escultores en el siglo XVII se sumaron los realizados por el ceroplasta siciliano Gaetano Giulio Zumbo (1656-1701), especializado como anatomista científico y autor de teatrinos o escaparates con temas relacionados con la muerte —ceras de la peste—, que después de trabajar en Florencia entre 1691 y 1694, al servicio del gran duque Corme III de Medici (Museo de La Specola, Florencia), pasó por Génova y Bolonia para acabar recalando en la Academia de Ciencias de París.

Es en el siglo XVII cuando los ceraiuoli comienzan a reproducir tridimensionalmente en cera algunas obras pictóricas, como hiciera Anna Fortino (1673-1749) y en pleno Settecento el escultor y medallista toscano Giovanni Francesco Pieri (1699-1773), del que en el Museo Nacional de Escultura se guardan dos relieves en cera sobre pizarra que reproducen pinturas de Bartolomeo Schedoni, uno con la Magdalena penitente en el desierto y otro con La Caridad, ambas datadas hacia 1760.

San Jerónimo, cera policromada. Anónimo italiano, s. XVIII
A Pieri se suman los exquisitos trabajos de la ceroplasta napolitana Caterina de Julianis, alcanzando con ellos este arte una estimable calidad artística. Aunque ya habían llegado esporádicamente a España obras importadas de los autores citados desde finales del siglo XVI, la afición se acrecentaría con la llegada al trono español de Carlos III, momento en que se fomentó la presencia de obras de cera, procedentes de la corte napolitana, en las clausuras de los conventos y en oratorios de las residencias reales o aristocráticas.

Trabajos de ceroplástica también se realizaron en la España del siglo XVII, siendo citados en 1600 los granadinos hermanos García como los más grandes ceroplastas de todo el continente, aunque no haya sobrevivido ninguna de sus obras. El introductor de esta modalidad en los ambientes cortesanos3, según apunta Jesús Urrea, fue el zaragozano Juan de Revenga (h. 1614-h. 1684), que en su juventud viajó a Italia para formarse en el oficio de escultor, aunque, según Palomino, a su regreso a España realizó virtuosas escenas de cera para su entretenimiento y para regalarlas a los amigos, unas veces decorando urnas o cajones y otras presentadas en forma de escaparates, existiendo la constancia de que Diego Villa-Toro llegó a reunir en Madrid una buena colección de sus obras. Juan de Revenga vivió sus últimos días sumido en la miseria, muriendo en 1684, cuando superaba los 70 años, en el Hospital General de Madrid4. Desgraciadamente, hasta este momento no se ha identificado con certeza ninguna obra suya, apuntando Jesús Urrea la remota posibilidad —con todas las reservas posibles— de que sea el autor del escaparate La Casa de Nazaret del Museo Nacional de Escultura de Valladolid5.

Escena de caza de La Casa de Nazaret, cera policromada, 1655
Museo Nacional de Escultura, Valladolid
El principal continuador de esta actividad fue el mercedario madrileño Fray Eugenio Gutiérrez de Torices, autor de un buen número de escaparates con escenas religiosas de extremado detalle y virtuosismo que alcanzaron un gran prestigio, motivo por el que fue incluido por Palomino en su obra El Parnaso Español, donde afirma que sus obras fueron colocadas en los gabinetes de los mayores príncipes de Europa. Obras suyas se conservan en el monasterio de El Escorial, en el convento carmelita de San Antonio de Ávila, en la sacristía de la iglesia de San Eutropio del Espinar, en el convento de las Descalzas Reales de Valladolid (Fundación de la Orden de la Merced, firmada en 1698 y considerada su obra maestra) y en el Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid6. Discípulo de Torices debió de ser José Calleja, del que se conservan obras en el Real Monasterio de la Encarnación de Madrid.

En este recorrido a vuelapluma por el arte de la ceroplástica en España, cuyo estudio a fondo todavía es una tarea por completar, se puede rastrear una considerable cantidad de piezas, unas importadas de Italia y otras realizadas en tierras españolas, muchas de las cuales, alejadas de los recintos que las acogieron e indocumentadas acerca de su autor, circulan en estos tiempos por el comercio del arte, mientras se produce un proceso de revalorización de esta peculiar modalidad escultórica.   

EL TEATRINO DE LA CASA DE NAZARET
       
Este curioso teatrinoo escaparate de procedencia desconocida, que se expone en el Museo Nacional de Escultura después de ser adquirido en el comercio del arte en 2003, se presenta como si se tratara de un auto sacramental barroco en el que se combinan dos temas: uno profano con una escena de caza, situado en la parte izquierda, y otro religioso en la parte derecha con la representación de la Sagrada Familia en el taller de Nazaret, ambos unificados por un paisaje pintado al fondo.

Ambientada en un paraje boscoso, en la escena de caza aparece un noble a caballo, con una vestimenta equiparable a la del rey, que practica el arte de la cetrería con un halcón. Viste ricas vestiduras a la moda del siglo XVII y está precedido por la figura de un joven montero que porta un arcabuz al hombro y que le indica con la mano el camino a seguir, así como por un sirviente anciano que abriendo la marcha controla un perro de caza. En el espacio se recrea un intrincado paisaje otoñal delimitado por dos árboles, en cuyas ramas se posan aves de diferentes especies y tamaños. A ras de suelo, a un lado y a otro, se incluye una colección de pequeños animales, meticulosamente reproducidos, que representan diferentes especies de aves, como un búho, un pato y una garza, junto a pequeños mamíferos, roedores silvestres, reptiles y caparazones de moluscos que sugieren la presencia de agua.

Entre el paisaje discurre un tortuoso camino que conduce a la escena de la derecha, en el que se reproduce el taller de Nazaret al que llegarán los cazadores, lo que constituye un ejercicio anacrónico al fusionar una imagen del momento con el ambiente doméstico del relato evangélico. En un pequeño patio que se abre junto a la vivienda aparece San José afanado sobre un banco de carpintero mientras la Virgen cose sentada y el Niño Jesús barre el pavimento con una escoba, configurando una escena intimista y familiar. Al igual que en la escena anterior, por la terraza aparecen distribuidos numerosos objetos narrativos de diversa índole, así como aves, perros y gatos, todos ellos descritos con todo lujo de detalles.   

Destaca el delicado modelado en cera de las cabezas y manos en miniatura, después policromado, recurriendo a tejidos encolados para la confección de las vestiduras, que se rematan con aderezos de pasamanería y diminutas joyas. Mientras que la Virgen y el Niño visten túnicas convencionales, en la figura de San José aparece un nuevo anacronismo al reproducir en la vestimenta las prendas masculinas habituales en el siglo XVII, como calzas, jubón y gola.

El conjunto, presentado a modo de escenario, se completa con un paisaje pintado al fondo que unifica las dos escenas, por las que se distribuyen toda una gama de plantas y frutas que acentúan el encanto naturalista que prevalece en toda la composición, que adquiere un sentido teatral cuando se acompaña de una embocadura rococó tallada en el siglo XVIII.

Este grupo de pequeña escultura en cera están datado en 1655 y aparece firmado por las iniciales IS, RS o JS entrelazadas, motivo que dificulta conocer la verdadera personalidad de su artífice.


Informe y fotografías: J. M. Travieso.





NOTAS

1 POGGESI, M. La colección de figuras de cera del Museo La Specola, en Encyclopaedia Anatomica, Taschen, Colonia, 2006, pp. 34-35.

2 URREA FERNÁNDEZ, Jesús. Apuntes para el estudio de la escultura en cera en España. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología (BSAA) Tomo 45, Universidad de Valladolid, 1979, p. 488.

3 Ibídem, p. 489.

4 PALOMINO, Antonio. El Museo Pictórico y Escala Óptica, Tomo II. Madrid, 1797, pp. 604-605.

5 URREA FERNÁNDEZ, Jesús. La casa de Nazaret. Museo Nacional de Escultura VI: La escala reducida. Valladolid, 2008, pp. 28-29.

6 SIGÜENZA MARTÍN, Raquel. Escultura en cera, el barroco y Santa Teresa de Jesús, en Santa Teresa y el mundo teresiano del Barroco. San Lorenzo de El Escorial, 2015, pp. 695-710.  






















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Exposición: ORO DE NÁPOLES, belén napolitano del Museo Nacional de Escultura, desde el 22 de diciembre 2015

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MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA. PALACIO DE VILLENA
Calle Cadenas de San Gregorio, Valladolid

ORO DE NÁPOLES
Renovación expositiva del belén napolitano

En su cita puntual con la celebración de la Navidad, el Museo Nacional de Escultura vuelve a ofrecer a la visita pública el belén napolitano, uno de sus más preciados tesoros y uno de los más interesantes y completos de Europa.
A partir de ahora, sus más de seiscientas figuras encuentran acomodo en una nueva sala y un nuevo escenario que ha sido diseñado por el escenógrafo Ignasi Cristià, con una nueva instalación dotada de moderna tecnología y acompañada de ilustrativos paneles didácticos, así como de un espacio donde se proyectará un audiovisual monográfico en torno a la tradición de los belenes napolitanos. Pero si esto es novedoso, lo más importante para todos es que la sala en que se exhibe, en la planta baja del Palacio de Villena, estará abierta al público durante todo el año como una obra más de la colección permanente, para satisfacción de todos los belenistas y amantes del arte en general.

La nueva sala, concebida como una caja mágica tapizada de paneles de color gris oscuro que realzan la teatralidad del montaje, consta de tres espacios expositivos.

Primer espacio: Inmersión
Comienza al entrar en la sala e informa, a modo de rito iniciático, sobre la tradición de los belenes y Nápoles. En vitrinas murales se explican las características de los elementos integrantes a través de figuras, entre ellas algunas pertenecientes al Belén Olaguer, integrante de las colecciones del Museo que hasta ahora no se había expuesto. A él pertenece un portal original de mediados del siglo XIX, con forma de templo clásico en ruinas, que cobija el tradicional Misterio en la primera vitrina.
En otras vitrinas se muestra el complejo proceso de elaboración de las cabezas (testinas), de la figuras completas (pastori), de los animales (animali), de los múltiples accesorios (finimenti) y de las vestiduras (vestiti), cuyo resultado son unas figuras, a diferentes escalas, dotadas de una fuerte carga de teatralidad. También se informa de la propia historia del belén vallisoletano, comprado por el Estado en 1996 a los coleccionistas madrileños Emilio y Carmelo García de Castro.


Segundo espacio: Descubrimiento
Una vitrina de grandes dimensiones alberga un nuevo planteamiento escenográfico, de marcado sentido geométrico y articulado en torno a dos puntos de fuga que rompen la frontalidad y establecen dos profundas perspectivas en cuyo fondo se vislumbra el Vesubio, que adquiere un fuerte protagonismo. En este montaje se ha prescindido del decorado (plástico), obra de los hermanos García de Castro, que con una disposición frontal en forma de gradas servía de escenario en el montaje precedente. El nuevo plástico, en palabras su diseñador, reproduce edificios todavía existentes en Nápoles para recrear, de forma un tanto abstracta, la atmósfera de la ciudad. Los paneles planos, su disposición geométrica y sus tonos neutros, lo mismo que las terrazas ascendentes del pavimento en color pizarra, realzan los valores estéticos de los cientos de figuras que gesticulan en el ambiente callejero.

En líneas generales, en la escenografía se crean tres espacios, uno a la izquierda con el Anuncio a los pastores, otro central en el que aparece el Misterio y buena parte de la actividad del mercado y un tercero a la derecha con el Cortejo de los Reyes Magos. En este nuevo montaje podríamos objetar dos cuestiones. La primera es lo chocante que resulta contemplar el ambiente rústico y pastoril, perteneciente al Anuncio a los pastores, inmerso en el ámbito urbano, a pesar de que se incluya un fondo arbóreo y de que se haya respetado su colocación tradicional como principio de la narración. La segunda es la pérdida de protagonismo de la posada en torno a la que tradicionalmente se despliega la fiesta musical y gastronómica, que ahora aparece embutida junto al Portal impidiendo apreciar en parte una de las más bellas composiciones del belén.
Todo lo contrario ocurre con el Cortejo de los Reyes Magos, en un espacio más diáfano que permite saborear con mayor facilidad el séquito de los Reyes y sus vistosos detalles, los pintorescos músicos y las bellas arménides o georgianas.

Frente a la gran vitrina se muestran unos paneles informativos que ayudan a comprender el aspecto lúdico del belén napolitano y distintos aspectos históricos. Los temas tratados son la napolitaneidad o fascinante personalidad de Nápoles; Nápoles, un gran teatro; La realidad popular; La indagación fisionómica y El fabuloso Oriente.

Tercer espacio: Contemplación
Situado al fondo de la sala, en este espacio se proyecta un audiovisual que muestra el Nápoles más actual para demostrar que sus habitantes mantienen su idiosincrasia.  

Deseamos que este nuevo espacio mágico sea disfrutado por los vallisoletanos durante la Navidad y por todos los visitantes que llegan a la ciudad atraídos por nuestro impresionante patrimonio artístico. Felicitamos al Museo Nacional de Escultura por haber convertido en realidad esta iniciativa.


HORARIO ESPECIAL DE NAVIDAD 2015
Días 22, 23, 26, 29 y 30 de diciembre y 2 de enero: De 10 a 14 y de 16 a 21 h.
Domingos 27 de diciembre y 3 de enero: De 10 a 14 y de 18 a 21 h.

Entrada gratuita







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Navidad: Los belenes vallisoletanos lucen de nuevo en todo su esplendor

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BELÉN BÍBLICO MONUMENTAL - ANTIGUA CIUDAD DEL CAIRO
Sala Exposiciones del Palacio Pimentel
Asociación Belenista Castellana

La Asociación Belenista Castellana en esta Navidad 2015 presenta en la Sala de Exposiciones del Palacio de Pimentel de la Diputación Provincial de Valladolid un Belén Monumental que reproduce la antigua ciudad de El Cairo (mercados).
A lo largo del Belén están representadas cinco escenas bíblicas: La Anunciación, Pidiendo posada, El Anuncio a los Pastores, La Adoración de Reyes y la Natividad, representada en una mezquita-madraza que a la vez sirve de culto y de escuela coránica. Los mercados más importantes del antiguo Cairo son el Jan, el Jalili y el Al Muski, que contienen estrechas callejuelas con miles de pequeñas tiendas atestadas de mercancías, zapatillas, pañuelos, pipas de cristal, especias, joyas… Con sus calles repletas de gente por ser al mismo tiempo un importante centro de reunión.

El montaje monumental se acompaña de una exposición de pequeños belenes como homenaje a su autora, Mercedes Pardo Lamm, creadora de "Lamm Taller de Nacimiento Artesano".


HORARIO DE VISITAS
Del 16 de diciembre 2015 al 6 de enero 2016
De lunes a domingo: de 11 a 14 y de 17 a 21 horas.
24 y 31 de diciembre de 11 a 14 horas.
1 de enero de 2016 cerrado.



BELÉN MONUMENTAL
Sala Municipal de Exposiciones Las Francesas
Agrupación Belenista "La Adoración"

La Agrupación Belenista "La Adoración" ofrece un belén de corte eminentemente paisajístico mostrado en un diorama continuo. El escenario donde se sitúa el Misterio sorprende y cautiva a los visitantes. En la última parte se puede contemplar, con un gran realismo, la estudiada composición y acertado tratamiento del paso del tiempo en la arquitectura que conforma la urbe de Belén.
Los materiales empleados para su construcción son el corcho bornizo, porexpan, madera y escayola, correspondiendo el montaje a A. Peña y E. de la Presa, con carpintería de Feltrero. 
La imaginería, perteneciente a la colección de José María Villa, es de diferentes autores: J. Joaquín (Jerez de la Frontera) y Elisa Mesina (Monreale, Sicilia), destacando la Adoración de los Reyes, figuras "a palillo" elaboradas por Angela Tripi (Palermo, Sicilia), cuyas obras se pueden contemplar en los mejores museos belenistas del mundo.


HORARIO DE VISITAS
Del 4 de diciembre 2015 al 6 de enero 2016
De martes a domingo, incluidos festivos, de 12 a 14 y de 18,30 a 21,30 h.
Lunes cerrado.








BELÉN BÍBLICO MONUMENTAL
Sala de Pasos de la Cofradía de Ntra. Sra. de las Angustias
Proyecto y montaje: José María Villa Gil

De nuevo José María Villa nos vuelve a sorprender con un belén monumental, dispuesto en tres dioramas, en los que se mezclan impresionantes callejuelas inspiradas en la arquitectura rústica castellana y en caseríos que reproducen el antiguo paisaje de Palestina, con figuras muy bien seleccionadas para el relato y multitud de pequeños detalles anecdóticos elaborados con precisión. En un intento de renovación iconográfica, los personajes sagrados no aparecen en el tradicional establo, sino formando una escena en que la Virgen y San José bañan al  Niño junto a un pequeño riachuelo.


HORARIO DE VISITAS
Del 5 de diciembre de 2015 al 6 de enero de 2016.
De lunes a domingo de 12 a 14 y de 18 a 21 h.










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Theatrum: NIÑO JESÚS DORMIDO SOBRE LA CRUZ, la conciencia de nacer para morir

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NIÑO JESÚS DORMIDO SOBRE LA CRUZ
Taller de Juan Martínez Montañés (Alcalá la Real, Jaén, 1568 - Sevilla 1649)
Entre 1601 y 1625
Peltre policromado
Museo Nacional de Escultura, Valladolid
Escultura barroca española. Escuela andaluza









Niño Jesús dormido sobre una calavera. Alabastro, anónimo s. XVI
Museo de Valladolid
Durante el Renacimiento se retomaban la representaciones clásicas de Eros y Tánatos y se adaptaban al pensamiento cristiano —concordatio— para convertir el componente estoico en un nuevo concepto de aspiración a la eternidad. Inspirándose en los putticlásicos aparecen entonces las figuras durmientes del Niño Jesús, que recostado sobre una calavera hacían referencia al comienzo y al fin de la vida, a la conciencia de nacer para morir y así cumplir su fin redentor, adquiriendo la imagen divina el significado de una meditación sobre la fugacidad de la vida, de una simbología sobre el carácter heroico como vía para conseguir el triunfo, insinuando con la complaciente figura en reposo del infante que la muerte debe concebirse simplemente como un tránsito a la vida eterna.

Tras el Concilio de Trento (1545-1563) el arte cristiano acentúa la inocencia infantil de un Jesús humanizado, incorporando a las representaciones de la infancia prefiguraciones de la futura Pasión en las que se combina la ternura infantil con el componente trágico que supone el drama pasionario. De esta manera aparecen las imágenes de la modalidad iconográfica del Niño Jesús de la Pasión, en las que el infante aparece acompañado de una serie de atributos que aluden a su sacrificio en edad adulta, desde aparecer amarrado a una columna, mostrar la corona de espinas o portar la cruz a cuestas, hasta las referencias explícitas a la crucifixión, como sujetando los clavos, el martillo, las tenazas o sosteniendo la cruz, incluyendo una nueva modalidad del Niño Jesús durmiente sobre el madero, una referencia a la muerte con el mismo carácter simbólico que en las representaciones en que aparece recostado sobre una calavera, en ocasiones con ambos elementos presentes.

Niño Jesús dormido con un corazón. Barro policromado, anónimo s. XVIII. Museo Nacional de Escultura
En este sentido, no faltan modelos donde la imagen durmiente del Niño Jesús reposa tranquilamente mostrando un corazón en lugar de una calavera o una cruz, adquiriendo el valor de una reflexión sobre la generosidad divina y el heroísmo en la entrega del propio cuerpo de Cristo como fin redentor de su nacimiento.

En todos los casos el trasfondo es representar a Jesús Niño triunfante sobre la muerte y el pecado, pues del mismo modo las alusiones al suplicio de la Pasión aluden a su inminente resurrección. Ello explica la enorme difusión que estas imágenes de culto del Niño Jesús tuvieron durante el Barroco, convirtiéndose en un motivo de incitación a la meditación sosegada especialmente en las clausuras femeninas, donde ejemplares con representaciones de todas las modalidades iconográficas fueron abundantes.

Niño Jesús dormido en la cruz. Madera policromada, s. XVII
Atribuido a Francisco de la Maza. Mercado del arte
En esta tipología volcaron su creatividad en España los grandes maestros escultores barrocos, que a la inocencia y la gracia infantil impregnaban un contradictorio aire de tristeza mediante la desgarrada incorporación de elementos relacionados con la crucifixión y la muerte, siempre con el fin de conmover e incitar a la piedad.

Uno de los maestros que creó prototipos de alta calidad fue Juan Martínez Montañés, máximo exponente de la escuela sevillana de imaginería. Sus figuras infantiles, que alcanzan la categoría de obra maestra en el Niño Jesús del Sagrario (1606-1607, iglesia sacramental del Sagrario, Sevilla), tuvieron tan buena aceptación que estimularon la demanda masiva de esculturas hasta crear una modalidad "montañesina" muy bien definida dentro de la escultura barroca andaluza.

Una de sus creaciones más requeridas fue la del Niño Jesús dormido sobre la cruz, hasta el punto que, como ocurriera con otras de sus imágenes en las que el Niño aparece de pie y bendiciendo, las exigencias de los comitentes de que las obras se ajustaran con fidelidad a la pureza de los modelos montañesinos, obligó a una producción pseudoindustrial en el propio taller de Martínez Montañés, de esculturas realizadas en peltre a partir de los modelos originales en madera o en barro, un trabajo realizado por especialistas fundidores.

Niño Jesús dormido sobre la cruz. Peltre policromado. Taller de
Juan Martínez Montañés, 1601-1625. Museo Nacional de Escultura
El peltre es una aleación de plomo con algunas partes de cobre, estaño y antimonio que, por su maleabilidad y bajo punto de fusión —entre 170 y 230 ºC—, permite realizar réplicas a bajo coste a través de un vaciado con un acabado de alta calidad. La textura de su acabado, algo más oscura que la plata, permite la aplicación de una policromía posterior que le proporciona el mismo aspecto que las encarnaciones de la madera policromada.  

Esta técnica de fundición de metales, perdida desde la antigüedad clásica y recuperada desde mediados del siglo XVI, permitió la repetición seriada de esculturas mediante moldes por piezas. Fue en Sevilla donde a finales de siglo algunos talleres especializados en esta labor, como el de Diego de Oliver1, originaron una fuerte competencia con los talleres escultóricos en madera, ya que ofrecían la ventaja de comercializar con esculturas de idéntico aspecto a un precio sensiblemente inferior. De ello se quejaba Pacheco en 1649 en su tratado "Arte de la pintura, su antigüedad y su grandeza".

Una de estas esculturas seriadas del Niño Jesús dormido sobre la cruz, realizado en el taller de Juan Martínez Montañés entre 1601 y 1625 y cuyo original no está localizado, se conserva en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid desde que fuera adquirida en el comercio del arte en 1968. En ella aparece el Niño Jesús recostado de lado sobre una cruz y sumido en un profundo sueño. Presenta una anatomía de gran morbidez, con las facciones del rostro redondeadas, ojos cerrados, nariz achatada, boca pequeña y cerrada, cabellos rizados con modelado minucioso y mechones avanzados sobre la frente. Apoya su cabeza sobre el brazo izquierdo y con el derecho se aferra a la cruz mientras el cuerpo describe una línea serpentinata, ofreciendo en su acabado policromado suaves matices sonrosados en las mejillas y otras partes del cuerpo, con algunos desperfectos en la policromía del brazo derecho.
Niño Jesús dormido sobre la cruz. Peltre policromado. Taller de
Juan Martínez Montañés. Convento del Corpus Christi, Valladolid
En esta recreación completamente ajena al relato evangélico y con significado simbólico, es posible que la cruz reposara sobre una calavera no conservada, pues así aparece en el ejemplar conservado en elMuseo de Arte Sacro de la Catedral de Évora (Portugal).       

Sin embargo, en el Convento del Corpus Christi de Valladolid se guarda otro ejemplar de idénticas características2, afortunadamente con la policromía bien conservada, donde el Niño Jesús sólo se acompaña de la cruz. Otro tanto ocurre en el ejemplar conservado en el Real Convento de la Purísima Sangre de Cristo y del Glorioso San José (Monjas Capuchinas) de Castellón3. El mismo modelo se repite, aunque a falta de la cruz, en el Convento de la Purísima Concepción (Monjas Capuchinas) de Toledo, así como en una colección particular de Medellín (Colombia).

En efecto, merced a las estrechas relaciones artísticas entre España y la América Virreinal, durante la vigencia del Barroco el tema escultórico del Niño Jesús dormido sobre la cruz se extendería por América, siendo repetido e imitado el modelo montañesino en los talleres virreinales. 
Niño Jesús dormido sobre la cruz. Peltre policromado. Taller de Juan
Martínez Montañés. Convento de la Purísima Sangre de Cristo, Castellón
Como casos ilustrativos podemos citar el ejemplar conservado en el Museo Histórico Dominico de Chile, realizado por un escultor de la Real Audiencia de Quito, en el Virreinato del Perú, así como los  conservados en el Monasterio de Santa Catalina de Quito y en el Museo del Banco Central, ambos en Ecuador. Asimismo, en el Museo de América de Madrid también se conserva una escultura devocional que reproduce con fidelidad el modelo montañesino, obra tallada en el siglo XVII en la escuela quiteña4.   

Como tema iconográfico de devoción, la representación del Niño Jesús dormido sobre la cruz también alcanzó un gran desarrollo en el siglo XVII en el campo de la pintura, siendo Bartolomé Esteban Murillo uno de sus principales intérpretes. Sirvan como ejemplos tanto el óleo que se conserva en el Museo del Prado como el que permanece en el mercado del arte, así como el dibujo atribuido a Murillo por Barcia que se guarda en la Biblioteca Nacional de Madrid y que presenta una gran similitud con otro del Museo del Louvre.

Niño Jesús dormido sobre la cruz. Peltre policromado, siguiendo el modelo
de Martínez Montañes,  Colección particular, Medellín (Colombia)
A la enorme difusión de este tema piadoso también contribuyeron los grabados que se continuaron realizando hasta el siglo XVIII. Como muestra arquetípica podemos fijarnos en el grabado por Peleguer en 1806 que se conserva en la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid, que reproduce una pintura original de Guido Reni conservada en el Art Museum de Princeton (Usa), del que existen otras versiones en la Art Gallery de Auckland (Nueva Zalenda) y en el Musée Magnin de Dijon (Francia). En él se representa un paisaje con la figura del Niño recostada sobre una cruz de madera y en actitud de meditación mientras contempla algunos instrumentos de la Pasión, acompañándose en la parte inferior de una oración de Santo Tomás de Villanueva.

Como colofón a esta peculiar iconografía infantil recordaremos las palabras de Fray Juan Interian de Ayala5en su tratado El pintor christiano y erudito, publicado en Madrid en 1782: "No tanto pertenecen a la historia, quanto son objeto de piadosas meditaciones"; señalando como significado profundo de esta representación que "Cristo Señor Nuestro desde el primer instante de su concepción, aceptó espontáneamente la muerte y acerbísima pasión, que le impuso el Eterno Padre, viviendo siempre aparejado para ella y pensando en ella muchas veces: sabiendo muy bien que con su muerte vencería a la misma muerte y al demonio".  
Niño Jesús dormido. Madera policromada. Taller quiteño, siguiendo el
modelo de Martínez Montañés. Museo de América, Madrid


Informe: J. M. Travieso.




NOTAS

1 MARCOS VILLÁN, Miguel Ángel. Niño Jesús. Museo Nacional Colegio de San Gregorio: colección / collection. Madrid, 2009, pp. 216-217.

2 PEÑA MARTÍN, Ángel. No ai cosa que mas despierte que dormir sobre la muerte. Revista Aleluya nº 4, Asociación de Belenistas de Valladolid, Valladolid, 2009, pp. 28-31.

3 Ibídem.


Nicolás Enríquez. Niño Jesús dormido con San Juanito siguiendo el modelo
de Martínez Montañés, 1772. Musée de la Crèche, Chaumont (Francia)
4 PEÑA MARTÍN, Ángel. Difusión y copia del Niño Jesús dormido sobre la cruz de Martínez Montañés en Ibaroamérica. Revista TRIM nº 3, 2011, pp. 75-88.

5 MARCOS VILLÁN, Miguel Ángel. Niño Jesús dormido sobre la cruz. En; URREA FERNÁNDEZ, Jesús. Museo Nacional de Escultura VI: La escala reducida. Valladolid, 2008, pp. 24-25.













Niño Jesús recostado sobre la cruz. Grabado. Peleguer, 1806, sobre una
pintura de Guido Reni.
Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, Valladolid 



















Niño Jesús dormido en la cruz. Dibujo atribuido a Murillo
Biblioteca Nacional, Madrid









Murillo. Niño Jesús dormido en la cruz, s. XVII. Izda: Museo del Prado; Dcha: mercado del arte






















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Música en diciembre: NOCHE DE PAZ (SILENT NIGHT), en versión de André Rieu

Teatro: EL MALENTENDIDO, 3 de enero 2016

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GRUPO DE TEATRO DOMUS PUCELAE
Roa (Burgos)


Domingo 3 de enero
Centro Cívico "Villa de Roa", 19 horas.
EL MALENTENDIDO, de Albert Camus.
Grupo de Teatro Domus Pucelae.
Entrada gratuita.




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Calendario 2016

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Socios de Domus Pucelae: ASAMBLEA GENERAL, 9 de enero 2016

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Se comunica a todos los socios la convocatoria de Asamblea General:

DÍA: Sábado 9 de enero de 2016

HORA: 11,30 primera convocatoria/ 12 segunda convocatoria

LUGAR: Salón de Actos de la parroquia de La Inmaculada (padres franciscanos), entrada por calle Italia 1, Valladolid

ORDEN DEL DÍA:

1 Lectura y aprobación, si procede, del Acta de la asamblea anterior.
2 Lectura y aprobación, si procede, del Balance económico 2015.
3 Presentación de actividades para 2016.
4 Presupuesto 2016.
5 Elección de cargos (1).
6 Ruegos y preguntas.

(1) Todos los socios han recibido por correo el formulario para presentación de candidaturas a la Junta Directiva, que podrá ser entregado vía e-mail o en mano hasta el comienzo de la Asamblea del 9 de enero de 2016.

Convocan: Secretario y Presidente de Domus Pucelae.

A. C. Domus Pucelae


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Theatrum: ADORACIÓN DE LOS REYES MAGOS, narración dorada con lenguaje manierista

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ALTORRELIEVE DE LA ADORACIÓN DE LOS REYES MAGOS
Alonso Berruguete (Paredes de Nava, Palencia, 1489-Toledo, 1561)
1526-1532
Madera policromada
Museo Nacional de Escultura, Valladolid
Procedente del monasterio de San Benito el Real de Valladolid
Escultura renacentista española. Escuela castellana













El año 1526 fue muy importante en la trayectoria de Alonso Berruguete, tanto en lo personal como en lo profesional. Ese año contraía matrimonio con doña Juana de Pereda, hija de unos ricos mercaderes de Medina de Rioseco (Valladolid), estableciendo su taller en Valladolid ante las grandes expectativas laborales que la ciudad ofrecía una vez superado el conflicto de la Guerra de las Comunidades, especialmente para él, que tres años antes, como recompensa al apoyo mostrado a la causa imperial, había recibido del propio Carlos V el cargo de Escribano del Crimen en la Audiencia y Chancillería de Valladolid. Pero a este trabajo de funcionario pronto se le vino a sumar el artístico, puesto que en 1526 la comunidad del monasterio de San Benito el Real, con el abad fray Alonso del Toro al frente, le elegía para elaborar el retablo mayor del que fuera el más importante centro benedictino de España1.

En esta empresa permanecería trabajando hasta 1532, poniendo de manifiesto un personal y novedoso estilo completamente innovador en el panorama escultórico vallisoletano. Tanto es así, que sus nerviosas y agitadas esculturas no fueron fácilmente aceptadas y comprendidas por sus comitentes y tasadores, en gran parte con el gusto anclado en el estilo hispanoflamenco vigente en ese momento. Por otra parte, con este monumental trabajo, mediante una astuta práctica de trueque establecida con los benedictinos, en 1527 conseguía comprar a esta comunidad un terreno situado junto al monasterio, así como la licencia para levantar en él una enorme casa solariega que incluía las dependencias del taller, colmando el artista con ello su manifiesta ambición personal.

En el retablo mayor del monasterio de San Benito el Real, ajustándose al repertorio iconográfico demandado por los benedictinos, Alonso Berruguete combinó pintura y escultura con formas totalmente novedosas y llenas de vehemencia, con un estilo sumergido en el manierismo más radical que marcaría el rumbo de su obra, un expresivo estilo que tomaría el relevo a la escuela burgalesa para colocarse a la cabeza de la creatividad hispana, ejerciendo una enorme influencia en todo el norte de España. En el variadísimo repertorio de relieves, tondos y esculturas exentas de distintos formatos elaboradas para el retablo, Berruguete dejaba aflorar su aprendizaje y formación en Italia entre 1507 y 1515, donde había tenido la posibilidad de ponerse en contacto con las grandes creaciones del Quattrocento, suponiendo esta obra un punto de inflexión en la definición de su personal estilo.

Entre los ocho altorrelieves que integran el retablo de San Benito se encuentran dos que hacen referencia a la infancia de Cristo: La Adoración de los Reyes Magos y la Presentación en el Templo. Hoy fijamos nuestra atención en el primero, que desarolla una iconografía muy extendida en el arte hispano desde tiempos medievales, aunque Alonso Berruguete incorpora novedosos matices de ascendencia italiana que alcanzarían un grado de sublime madurez en el grupo que preside el Retablo de los Reyes Magos de la iglesia de Santiago, realizado en 1537 para el banquero Diago de la Haya.

El relieve de la Adoración de los Reyes Magos—133 cm. de altura, 106 cm. de anchura y 40 cm. de profundidad— es uno de los más bellos del conjunto, prevaleciendo en él un aire italianizante cuya expresividad queda definida a través de las miradas y los gestos. El relieve está compuesto en dos espacios, uno reservado a las figuras de la Sagrada Familia y otro a los Reyes, contrastando la serenidad clásica de las primeras frente a la agitación artificiosa de los segundos.

Berruguete dispone la escena simulando un pórtico colocado bajo una venera, para lo que coloca dos inestables pilastras y un tapiz que cubre el fondo. En el centro aparece la Virgen sedente y con un robusto Niño en su regazo. Su monumental figura es la más clasicista del grupo, con la cabeza colocada de perfil y un ademán sereno y elegante que le proporciona el aspecto de una patricia romana o de una diosa clásica. Especialmente bello es el trabajo de su cabeza, en la que el escultor sustituye la tradicional toca por un elegante tocado que deja visibles trenzas y mechones siguiendo modelos italianos, lo mismo que la elegante mano con que sujeta al Niño.

Totalmente novedosa para la escultura española es la figura del Niño Jesús, vigoroso y expresivo, que ante la presencia de los Reyes parece querer deslizarse entre las rodillas de su Madre, recordando el modelo de la Madonna de Brujas realizada en 1504 por Miguel Ángel. En esta figura del Niño todo es carnoso para simbolizar su condición humana, ajustándose a los modelos de los putti recreados por los artistas italianos en pinturas y esculturas.

Igualmente reposada es la figura de San José, colocada en el extremo izquierdo, con la cabeza trabajada con la misma minuciosidad que la serie de profetas y santos que pueblan el retablo. En actitud estática, como mera comparsa —en este momento siempre aparece como figura secundaria—, aunque con cierta grandeza, se limita a contemplar la escena con gesto melancólico, mientras levanta su túnica dejando visible su pierna derecha, calzada con borceguí. Su estatismo y su escala se contraponen a las figuras de los Reyes, pues siguiendo una tradición medieval las figuras presentan un anacrónico tamaño jerarquizado en función de su importancia en el relato.

Contrastando con la serenidad de los personajes de la Sagrada Familia aparecen los Reyes Magos en agitada adoración y con posiciones forzadas. De forma escalonada se distribuyen en la parte derecha representando, según los convencionalismos de la época, a Melchor como un anciano arrodillado ante el Niño en primer plano y en escorzo, a Baltasar detrás como un joven de raza negra que hace una reverencia al ofrecer su ofrenda y al fondo a Gaspar como un hombre maduro y gesticulante colocado de perfil y portando un rico recipiente. En ellos quedan sintetizadas las tres edades del hombre y las razas humanas pertenecientes a los continentes conocidos.

De esta manera Berruguete establece en la composición dos líneas diagonales que conducen la mirada hacia los personajes principales, una que se eleva desde la espalda de Melchor hacia el Niño y San José y otra que asciende desde la espalda de Baltasar hasta la cabeza de la Virgen, resolviendo de esta manera la inserción de seis figuras monumentales en un espacio mínimo mediante un ejercicio de manierismo.

Como en el resto de los relieves del retablo de San Benito, Berruguete trabaja los volúmenes con un fuerte resalte, como si las figuras quisieran despegarse del tablero, adquiriendo con ello un aspecto monumental y una gran expresividad dentro de la maquinaria retablística, a lo que también contribuye el brillo del oro que prevalece en toda su policromía, en la que sólo contrastan las tonalidades de las encarnaciones y los estofados aplicados a motivos ambientales.

En este relieve se condensa la esencia estilística de Alonso Berruguete, que si por un lado hace concesiones a las anticuadas exigencias de los comitentes, no duda en experimentar el tratamiento nervioso de las figuras al modo de Brunelleschi, el uso de los escorzos y las posturas forzadas tomadas de Miguel Ángel, la diferenciación psicológica de los rostros y actitudes siguiendo a Leonardo y sus discípulos, especialmente Rustici, y una belleza ideal inspirada en las Madonnasde Rafael, todo ello tamizado por un estilo personal2 que llegó a definir una verdadera escuela berruguetesca.    

Cuerpo del retablo de San Benito el Real con el relieve de la
Adoración de los Reyes Magos (abajo a la izquierda). MNE

Informe y fotografías: J. M. Travieso.



NOTAS

1 TRAVIESO ALONSO, José Miguel. La Casa de Berruguete.Retablo Imaginario. Historias de Valladolid, volumen II. Domus Pucelae, Valladolid, 2015, p. 173.

2 ARIAS MARTÍNEZ, Manuel. Museo Nacional Colegio de San Gregorio. Colección/Collection. Madrid, 2009, pp. 108-115.


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Exposición comentada del Prado: EL DIVINO MORALES, que finaliza el 10 de enero 2016

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Leticia Ruiz, jefe del Departamento de Pintura Española del Renacimiento del Museo del Prado, comenta la exposición "El Divino Morales".

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Bordado de musas con hilos de oro: PÁGINA VEINTE, de Leopoldo María Panero

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PÁGINA VEINTE

Esperando todos los días para que venga el cierzo
para que venga el ciervo
azul como el poema, como el gamo
que corre fugitivo sobre el poema
y que sea la nada mi último poema
baba de los labios para que el hombre muera
azul sobre la página
«victorieusment fuit le suicide beau» Mallarmé lo dijo
oh belleza húmeda del suicidio
única rosa, única flor
rosa cúbica de la página
para que el hombre descubra
que no es un hombre.

LEOPOLDO MARÍA PANERO (1948-2014)

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Concierto: AMARILIS DUEÑAS, 14 de enero 2016

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MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA
Calle Cadenas de San Gregorio, Valladolid

Musa E / Música en los museos estatales
PILDORAS MUSICALES DE JÓVENES INTÉRPRETES
EN EL MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA

Jueves 14 de enero
Salas del Colegio de San Gregorio.
Pases de 15 minutos a las 12.00, 12.30, 13.00, 17.30, 18.00 y 18.30 horas.
AMARILIS DUEÑAS, violoncello
Suites para cello de J. S. Bach.

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Ciclo de conferencias: IV CENTENARIO DE LA MUERTE DE CERVANTES

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MUSEO CASA DE CERVANTES
Valladolid







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