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Estudios de Arte: Plazas libres para el Curso de Arte 2015-2016

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Una vez realizada la renovación de la inscripción por los participantes en el curso anterior, han quedado

CUATRO PLAZAS VACANTES

Los interesados en realizar su inscripción deben solicitarlo por correo en la dirección:

estudiosdearte.va@gmail.com

hasta el día 5 de octubre. Las solicitudes serán atendidas por riguroso orden de llegada hasta completar las plazas disponibles.

Recordamos que el curso comienza el día 6 de octubre 2015 y está dedicado a la Pintura Renacentista Española.


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Fastiginia: Transformación de la Plaza Mayor desde los años 50

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Plaza Mayor. Años 50 del siglo XX
Estampas y recuerdos de Valladolid

Desde que en el siglo XIII el emplazamiento de lo que fuera la Plaza del Mercado pasara a convertirse en el ágora de Valladolid, este espacio urbano pasó a ser el núcleo vertebrador del urbanismo de toda la ciudad, especialmente desde que en el siglo XV se creara en él, por mandato de los Reyes Católicos, la Casa del Municipio, que pasaría a determinar toda la actividad vital de la ciudad, marcando un contrapunto constructivo al convento de San Francisco, el mayor complejo edificado hasta entonces en este espacio urbano.

Cuando en el siglo XVI pasa a denominarse Plaza Mayor, en torno ella ya se habían instalado un buen número de gremios que marcaban el pulso vital de la actividad mercantil. Vecinos y artesanos fueron víctimas en septiembre de 1561 de un grave contratiempo: el incendio que asoló buena parte del centro urbano, incluyendo casi la mitad de las casas levantadas en la Plaza Mayor. 
Plaza Mayor. Años 50 del siglo XX
Apenas transcurridos dos días de la tragedia, el concejo, contando con el apoyo del rey Felipe II, determinaba encargar al arquitecto Francisco de Salamanca la reconstrucción de toda la parte dañada, incluyendo la remodelación de la Plaza Mayor, cuyo modelo, basado en ideas urbanísticas renacentistas, las más avanzadas de la época, pasaría a convertirse en un prototipo, basado en la uniformidad, que después sería imitado en Madrid (1617) y Salamanca (1729), así como en numerosas poblaciones españolas y americanas.

Desde entonces la Plaza Mayor acrecentó su condición de corazón de la ciudad, convirtiéndose en escenario de los principales actos públicos de una ciudad de carácter levítico, tales como los crueles Autos de Fe promovidos por la Inquisición y las multitudinarias celebraciones de Semana Santa, perviviendo en nuestros días, como un eco lejano de aquella sociedad sacralizada, el denominado Sermón de las Siete Palabras, un acto público convertido en verdadero elemento diferenciador respecto a las celebraciones religiosas semanasanteras del resto de España.
Vista parcial de la Plaza Mayor. Años 50 del siglo XX

Sería en los albores del siglo XVII, convertida Valladolid en capital de la Corte durante el reinado de Felipe III, cuando la actividad de tan emblemático espacio se vio incrementada con la celebración de justas, mascaradas, juegos de cañas y corridas de toros, convirtiéndose en el principal lugar para los actos lúdicos y festivos, una actividad alternada, en ocasiones puntuales, con actividades completamente opuestas, como el levantamiento de patíbulos para cumplir las ejecuciones sentenciadas por la justicia.

Celebraciones religiosas, ejecuciones públicas, desfiles, actividades comerciales y todo tipo de fiestas y celebraciones aglutinaron a los vallisoletanos en la Plaza Mayor durante siglos, siendo el lugar elegido por la ubicación del Consistorio, entre enero y mayo de 1808, para el patriótico y poco divulgado levantamiento popular contra los invasores franceses, incluyendo la quema pública por la muchedumbre, el 24 de marzo de 1808, de un retrato del cesado Manuel Godoy, primer ministro de Carlos IV.


Plaza Mayor. Años 60 del siglo XX
En 1879 Antonio Iturralde ganaba un concurso convocado para la construcción en la Plaza Mayor de un nuevo Ayuntamiento, aunque la muerte de este arquitecto en 1897 y las críticas en torno al proyecto derivaron en la elección del arquitecto madrileño Enrique Repullés y Vargas para acometer la obra, que fue culminada en 1908 siguiendo un estilo ecléctico muy en boga en la época.

El nuevo Ayuntamiento, junto a la erección en medio de la plaza de un monumento escultórico en honor del Conde Ansúrez, realizado por el riosecano Aurelio Carretero en 1903, y la construcción de viviendas burguesas aisladas en su perímetro, cambiaron la fisionomía de la Plaza Mayor, hecho compartido por muchas céntricas calles, algunas de nuevo trazado, como consecuencia del importante desarrollo industrial y mercantil decimonónico que llegó a transformar la ciudad hasta perder su carácter conventual. Con un afán de modernidad, se intentó convertir la Plaza Mayor en un boulevard de inspiración francesa, incluyendo arbolado, luminarias, vistosos kioskos y carriles para el tranvía, un medio de transporte que cayó en desuso cuando el desarrollo de la industria de la automoción se hizo imparable.
Tómbola en la Plaza Mayor. Años 60 del siglo XX
La Plaza Mayor sería de nuevo escenario multitudinario de algunos acontecimientos ocurridos durante la Guerra Civil Española, especialmente la celebración del fin de la contienda.

Es a partir de entonces cuando la Plaza Mayor adquiere el aspecto que aparece en las fotografías que acompañan a este artículo, pertenecientes a los años 50, en las que se aprecia el arbolado, el mobiliario urbano y las anchas vías destinadas al tráfico, con la isleta central presidida por el monumento al Conde Ansúrez, filas de bancos alrededor y urinarios subterráneos en uno de los lados, un lugar por excelencia para "ver y ser visto", principal destino de los incipientes autobuses urbanos y con una intensa actividad comercial bajo los soportales.

En los años 60 la Plaza Mayor pretendía ser aún más moderna con la colocación de anuncios luminosos sobre algunos tejados, algo que por la noche proporcionaba cierto aire cosmopolita. Por entonces era el lugar de exhibición y anuncio de los principales acontecimientos de la ciudad, como la Semana Internacional de Cine, los discursos de Franco durante sus visitas, etc., siendo habitual la colocación en el centro de la plaza de una tómbola de caridad que durante meses "alegraba" con su megafonía el deambular ciudadano. Muchos recordarán la gran concurrencia a la tómbola para ver en vivo a la pequeña y mítica cantante Marisol, todo un ídolo de masas en aquellos años.

Plaza Mayor. Obras de construcción del aparcamiento en 1971
El crecimiento experimentado por Valladolid durante el "desarrollismo" de los años 70 también tuvo su reflejo en la Plaza Mayor, por entonces convertida en pista de un tráfico endiablado por las numerosas líneas de autobuses que allí tenían su parada, por el tráfico de taxis y el incremento del parque automovilístico. Para solucionar en parte el problema, se construyó en 1971 un aparcamiento subterráneo que fue inaugurado el 24 de octubre de 1972, lo que obligó a perforar casi todo el centro de la plaza en aras de la funcionalidad del tráfico.

Poco después se demolían algunos edificios para suplantarlos por nuevas edificaciones con escaso respeto por la arquitectura tradicional, manteniéndose únicamente los tipos de balcones y los soportales, pero no el número de alturas. Incluso se llegaron a cegar algunos callejones seculares que aislaban las manzanas para amortiguar los incendios, según el trazado renacentista. Es el caso del conocido como Callejón de San Francisco, sobre el que se levantó una entidad bancaria, prototipo de la agresividad de algunos arquitectos, responsables municipales e instituciones estatales dedicadas a la defensa del patrimonio, todos jugando a la especulación despiadada.

Plaza Mayor. Derribo de casas en los años 70 del siglo XX
Habría que esperar veinte años para que surgiera un afortunado brote de sensibilidad que, en la medida de lo posible, intentaba recuperar la memoria urbana e histórica de un espacio tan singular como la Plaza Mayor. En 1996 se ponía en práctica el "Plan Renace", en el que se procedió a la rehabilitación de todos los soportales de la plaza y su entorno, así como todas las fachadas, que fueron unificadas en color almagre (siguiendo testimonios históricos), intentando recuperar el primitivo aspecto de la histórica plaza en la medida de lo posible. En este plan de rehabilitación urbanística, uno de los aspectos más importantes fue la pavimentación del espacio de toda la plaza y la supresión del tráfico rodado, dejando únicamente operativos los viales de entrada y salida al aparcamiento y una vía de conducción lenta para los autobuses por un lateral.

De este modo se intentaba evitar el flagrante retroceso urbano experimentado por tan emblemático lugar, procurando recuperar el hábito de vida en la calle y los espacios compartidos. Hoy día existe un proyecto para eliminar por completo el tráfico rodado y conseguir que la Plaza Mayor sea un lugar de reunión, de fiesta y de representación. 
Plaza Mayor. Años 70 del siglo XX

A la recuperación de la idiosincrasia de la ciudad histórica, en nuestro tiempo la Plaza Mayor permite importantes usos culturales, económicos y sociales. La Plaza Mayor de Valladolid adquiere un aspecto deslumbrante durante las procesiones de Semana Santa y las fiestas de Navidad, transformándose en un gigantesco auditorio durante las fiestas patronales, en intimista salón de teatro durante el Festival de Teatro de Calle, en calle literaria durante la Feria del Libro, en gigantesco pabellón para manifestaciones deportivas, etc., pero sobre todo como un concurrido lugar de encuentro y seña de identidad netamente castellana.













Vista parcial de la Plaza Mayor en 1983















Plaza Mayor. 2015















Plaza Mayor durante las Fiestas de la Virgen de San Lorenzo 2015













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Conciertos: CICLO DE ÓRGANO "CORREA DE ARAUXO"/ 3, 10 y 17 de octubre 2015

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CATEDRAL DE SEGOVIA
XIX Ciclo de Órgano "Correa de Arauxo"
Homenaje al patrón San Frutos

3 de octubre, 20,30 h.
CONCIERTO DE ÓRGANO, DULZAINAS, CHIRIMÍAS, PITO CASTELLANO, CORNO Y SOPRANO
Francisco Javier Santos
Pablo Zamarrón
Ricardo Ramos
Valentina Antón

10 de octubre, 20 h.
CONCIERTO A DOS ÓRGANOS
Ángel Montero
David Largo

17 de octubre, 20 h.
CONCIERTO DE ÓRGANO
Roberto Fresco

Entrada gratuita

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Cine Fórum: GOYA EN BURDEOS, 7 de octubre 2015

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CICLO HACIA EL ROMANTICISMO
ARTE E HISTORIA A TRAVÉS DEL CINE
Organizado por Domus Pucelae, Universidad de Valladolid y Cine Club Casablanca

Miércoles 7 de octubre
19:00 h.
Aula Mergelina, Universidad de Valladolid, Plaza de la Universidad s/n.
GOYA EN BURDEOS
Carlos Saura, 1999, 106 min.
Presentación: María José Redondo Cantera.

Entrada gratuita hasta completar aforo


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VIAJE: CÁDIZ, PUEBLOS BLANCOS Y GIBRALTAR, del 4 al 9 de diciembre 2015

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PROGRAMA

4 Diciembre   VALLADOLID - PUERTO DE SANTAMARIA
Salida desde la Plaza Colón a las 15 horas, breves paradas en ruta. Llegaremos al hotel Puertobahía & Spa, sobre las 0 horas, donde nos ofrecerán una cena caliente. Alojamiento.

5 Diciembre   PUERTO STA MARIA - JEREZ DE LA FRONTERA - MEDINA SIDONIA
Desayuno y salida hacia Jerez de la Frontera capital del vino y del caballo, y cuna del flamenco, ofrece al visitante puro arte y cultura. Empezamos la visita por una panorámica que hacemos desde el autobús, donde observaremos avenidas y edificios emblemáticos como la Plaza del Caballo, la Plaza de las Angustias y del Arenal, la Avenida Álvaro Domecq o la Alameda Cristina para conocer los lugares de mayor interés turístico. A continuación nos dirigiremos hacia la Plaza del Arenal, desde donde a pie, el guía local nos acompañará por el casco antiguo de la ciudad, donde podremos observar monumentos tan importantes como la Catedral, el Alcázar y la Cámara Oscura.
A Jerez llegaron  los fenicios hace 3.000 años para fundar la colonia llamada Xera, la ciudad que más tarde se llamó Ceret bajo el dominio romano, y Sheres o Xeres cuando fue fortaleza árabe. Nos acercaremos a la Plaza del Arenal, la más emblemática de Jerez, al Mamelón, a la Placita del Banco, que bullen de vida y actividad, a la Plaza Plateros o a la de Rafael Rivero.  Continuaremos la visita en las  Bodegas Real Tesoro donde  nos enseñarán:
Patio Principal: se trata de un patio andaluz en el que los visitantes pueden observar una colección de antigüedades y pinturas de los siglos XVII y XVIII.
Bodega de Lola: en honor de la inolvidable Lola Flores, nacida en Jerez de la Frontera. Aquí es donde el fino Tío Mateo –el único libre de histamina- es producido y envejece.
Planta de embotellado: es una de las más modernas de Jerez. Aquí se explica el proceso de embotellado desde que el vino llega a la planta hasta que está listo para ser vendido. Vista desde arriba (balcones).
Cuadras del Real Tesoro: dedicadas a la crianza de caballos de pura raza española. Se visitan los establos, la sala de sillas de montar y la colección de carruajes.
La Gran Bodega: con 25.000 barricas de roble americano, es una de las mayores bodegas de la zona.
• Cata: la visita termina con una degustación de diferentes clases de vinos
Por último en  la Real Escuela ecuestre disfrutaremos de  un espectáculo puro, hermoso y único en el mundo llamado “Cómo bailan los caballos andaluces”. El espectáculo "Cómo bailan los caballos andaluces" es un ballet ecuestre con música netamente española y vestuario a la usanza del siglo XVIII, montado sobre coreografías extraídas de las reprises de la doma clásica y vaquera y de otros trabajos de la equitación tradicional.
Regresaremos al hotel para la comida. Por la tarde Visitaremos Medina Sidonia.  El pueblo de Medina tiene 3.000 años de antigüedad, fue Galardonada con el premio al Embellecimiento de los Pueblos Andaluces, y declarada Conjunto Histórico Artístico. Al visitar la ciudad de Medina Sidonia daremos un paseo por la zona alta desde la Plaza de España, pasando por la muralla árabe con sus diversas puertas y la iglesia  De Santa Maria la Mayor Coronada. Regreso al hotel cena y alojamiento. Animación en el hotel.

6 Diciembre  PUERTO DE SANTAMARIA - CADIZ - PUERTO DE SANTAMARIA
Desayuno y salida hacia Cádiz. Desde el Puerto de Santa María atravesaremos la Bahía de Cádiz  en Catamarán. El origen de Cádiz se remonta a la época fenicia, hace más de 3.000 años. Actualmente, recibe a millones de viajeros de cualquier parte del mundo. Conocida por su Carnaval, declarado fiesta de interés Turístico Nacional.
En el recorrido a pie, no sólo nos deleitaremos  con las edificaciones, también entraremos en el Museo de las Cortes y el Museo Arqueológico de Cádiz. También tendremos la posibilidad de visitar  el Oratorio de San Felipe Neri, lugar donde se firmó la Constitución de 1812. Regreso al hotel para almorzar.
Por la tarde realizaremos una visita teatralizada del Puerto de Santamaría, que se realizará por las calles y monumentos más importantes y emblemáticos de la ciudad como el Castillo de San Marcos y La Iglesia Prioral. Regreso al hotel cena y alojamiento. Animación en el hotel.

7 Diciembre   PUERTO SANTAMARIA - VEJER - BAELA CLAUDIA - GIBRALTAR
Desayuno y salida hacia Vejer  de la Frontera, enmarcado en la comarca de la Jaranda y declarado Conjunto Histórico Artístico por la belleza y singularidad de sus  rincones. Disfrutaremos de sus calles  empedradas, sus fachadas blancas, el adorno de sus balcones y respiraremos los aires de los moriscos que aún perviven en ésta localidad. A continuación visitaremos el Conjunto arqueológico de Baelo Claudia, declarado Monumento Histórico Nacional. La ciudad de Baelo Claudia nace en el s. II a.C. en una zona altamente  estratégica como lo es el Estrecho de Gibraltar. En ella se localizan todos los elementos representativos que constituyen la esencia de una ciudad romana, es decir: el foro, los templos, la basílica, los edificios de carácter administrativo como la curia o el archivo, el mercado, el teatro, las termas, el barrio industrial, acueductos, la muralla completa, etc. 
Almorzaremos y por la tarde realizaremos la visita de  Gibraltar, donde pasaremos la frontera a pie. Una vez pasada la frontera iremos en  minibús para comenzar la visita del peñón. Nos dirigiremos hacia el centro de la ciudad a través de la entrada de Waterport (entrada al centro comercial) para continuar hacia el sur, pasando el monumento erigido en conmemoración de los Estados Unidos por su labor durante la II Guerra Mundial. Seguiremos el recorrido hacia Punta de Europa (el punto más meridional del peñón) donde se encuentra el Trinity Lighthouse (único faro fuera del Reino Unido operado por personal de la empresa Trinity). A continuación haremos una parada en el parador como punto fotográfico y para poder observar Marruecos, el Estrecho de Gibraltar, la Costa del Sol y la Bahía de Gibraltar, y donde se une el Mar Mediterráneo con el Océano Atlántico.
Posteriormente continuaremos hacia la cima de la Roca, designada como Parque Natural y haremos otra parada en St. Michael’s Cave, donde podremos visitar una gran maravilla de la naturaleza, un conjunto de estalactitas y estalagmitas acompañado de sonidos de música clásica. Tras una parada de 20 minutos continuaremos hacia Apes Den (la guarida de los monos) donde también nos pararemos para hacer fotos de las travesuras de los monos. Después seguiremos camino por la roca para salir de la Reserva al pie del Moorish Castle. Salida hacia el Puerto de Santamaría. Regreso al hotel, cena y alojamiento. (* Si el tiempo lo permite de regreso pasaremos por las playa de Conil).

8 Diciembre VISITA DE LOS PUEBLOS BLANCOS (GRAZALEMA - UBRIQUE - EL BOSQUE - ARCOS DE LA FRONTERA).
Desayuno y salida para visitar los pueblos blancos. En cada uno de sus pueblos perviven historias de lo que fue la vida cotidiana del Al Ándalus. Ineludible, el paso por el parque Natural de Grazalema, que goza de haber sido declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco. A través de la Sierra de Cádiz pasaremos por pueblos como Bornos, Villamartín, Prado del Rey,... Nuestro primer punto de parada será Grazalema, ejemplo de arquitectura andaluza. Observaremos sus vistas desde su mirador y conoceremos el Pinsapo (árbol típico) Seguiremos por Villlaluenga del Rosario y Benaocaz hasta parar en Ubrique, donde pasearemos por su casco antiguo y aprovecharemos para almorzar y ver la artesanía del cuero. Por la tarde Visita de Arcos de la Frontera, uno de los pueblos más pintorescos, considerada la puerta de la ruta de los pueblos blancos y donde podremos admirar sus impresionantes vistas y recorrer su centro histórico  con dos magníficas iglesias, sus calles típicas, mirador, castillo ducal, etc. Visitaremos el interior de la Iglesia de la Asunción... De regreso al hotel haremos una parada en la población del Bosque. Llegada al hotel, cena y alojamiento.

9 Diciembre PUERTO SANTAMARIA - SANLUCAR DE BARRAMEDA - VALLADOLID.
Desayuno y salida hacia Sanlúcar de Barrameda. Tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, Sanlúcar se convierte en un puerto de referencia, partiendo Cristóbal Colón en su tercer viaje y Magallanes y Juan Sebastián Elcano en el primer viaje de circunnavegación. Comenzamos el día disfrutando del ambiente mañanero en el Barrio Bajo, muy cerca del mercado de abastos, en su entorno puestos de verduras, dulces y otros productos, en su interior magníficos puestos de pescado y marisco y aceitunas. Por la cuesta de Belén se sube al Barrio Alto, lo primero que se ve son Las Covachas (s.) construidas por orden del II Duque de Medina Sidonia están realizadas en estilo gótico tardío y se compone de una galería porticada insertada en el muro. Más adelante se verá el Auditorio de la Merced, antiguo convento del s. XVII, y de allí se llega al Palacio de Orleáns Borbón (s. XIX) residencia de verano de los Duques de Montpensier y actual Ayuntamiento. La siguiente parada será para visitar el interior de la Iglesia de Nuestra Sra. de la O, de estilo gótico-mudéjar del s. XIV, y en la misma plaza está el Palacio de Medina Sidonia, residencia de los Duques de Medina Sidonia, declarado Monumento de Interés histórico-artístico. Contiene el archivo de la llamada "Duquesa roja", Isabel Álvarez de Toledo, considerado uno de los mejores archivos históricos del mundo. Alberga una hospedería y una cafetería, desde donde contemplar unas vistas maravillosas de la desembocadura del Guadalquivir y del Parque Natural de Doñana. En la visita pasaremos junto al castillo del s .XV, donde se alojaron los Reyes Católicos en su visita a la ciudad y desde donde la reina católica contempló el mar por primera vez. Bajando del Barrio Alto a pie, tranquilamente se llega a Bajo de Guía, junto al río, un agradable paseo frente al Parque Nacional de Doñana (Centro de visitantes "Fábrica de Hielo"- Bajo de Guía) (Entrada incluida). Comida y salida hacia Valladolid. Llegada aproximadamente sobre la 23.30 horas.

PRECIO SOCIO: 390 € (habitación doble).
PRECIO NO SOCIO: 415 € (habitación doble).
SUPLEMENTO HABITACIÓN INDIVIDUAL: 495 €.

REQUISITOS: Grupo mínimo 30 personas.

INCLUYE:
Autocar lujo última generación con WC y Mesa/As
Estancia 5 Noches  En El Hotel Puerto Bahía & Spa.
Animación en El Hotel días determinados.
Régimen Pensión Completa
Agua en las Comidas
Visita Guiada de Jerez de la Frontera
Visita Guiada de las Bodegas Real Tesoro de Jerez:
- Gran Bodega
- Planta Embotellado
- Cuadras Real Tesoro
- Bodega Lola
- Exposición Arte Patio Principal
- Degustación.
Espectáculo como bailan los Caballos Andaluces.
Visita Guiada de Medina Sidonia
Catamarán Puerto Santamaría - Cádiz
Visita Guiada de Cádiz
Entrada Museo Arqueología de Cádiz
Entrada Museo de las Cortes
Entrada Oratorio de San Felipe Neri
Visita Teatralizada del Puerto de Santa Maria
Visita Guiada de Vejer de la Frontera
Visita Guiada de Baelo Claudia
Visita Guiada de Gibraltar
Visita Pueblos Blancos
Visita Guiada de Grazalema
Visita Guiada de Ubrique
Visita Guiada de Arcos de la Frontera
Entrada Iglesia Santa María de a Asunción.
Visita Guiada de Sanlúcar de Barrameda
Visita Barrio Bajo y Barrio Alto
Visita Guiada Iglesia Nuestra Señora de la O
Visita "Fábrica De Hielo" Centro Interpretación Parque Nacional de Doñana
3 Comidas en restaurante.
Acompañante Domus Pucelae
Dossier informativo
Seguro de Viaje
IVA

NO INCLUYE:
Extras en los hoteles
Aquellos servicios no especificados en el apartado anterior.

NOTA: DEBIDO A POSIBLES CAMBIOS EN LOS HORARIOS Y DÍAS DE CIERRE  DE LOS MONUMENTOS, LAS VISITAS SE PUEDEN VER ALTERADAS  EN SU ORDEN, SIN PERDER LOS SERVICIOS CONTRATADOS.

INFORMACIÓN Y RESERVA DE PLAZAS: Por correo en la dirección domuspucelae@gmail.com o llamando al teléfono 608 419228 a partir de las 0 horas del día 8 de octubre, debiendo hacer entrega del importe del viaje antes del 15 de noviembre de 2015 en Viajes Carrefour Valladolid 9 en C/. Santa Clara 1 (esquina con C/. Gondomar), Valladolid.

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Cine Fórum: REMANDO AL VIENTO, 14 de octubre 2015

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CICLO HACIA EL ROMANTICISMO
ARTE E HISTORIA A TRAVÉS DEL CINE
Organizado por Domus Pucelae, Universidad de Valladolid y Cine Club Casablanca

Miércoles 14 de octubre
19:00 h.
Aula Mergelina, Universidad de Valladolid, Plaza de la Universidad s/n.
REMANDO AL VIENTO
Gonzalo Suárez, 1987, 96 min.
Presentación: José Antonio Sigüenza Sarabia.

Entrada gratuita hasta completar aforo


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Theatrum: LLANTO SOBRE CRISTO MUERTO, la pintura como recurso narrativo

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LLANTO SOBRE CRISTO MUERTO
Atribuido a Juan de Borgoña, el Joven (Toledo, h. 1500 - Ciudad Rodrigo, 1565)
Entre 1535 y 1540
Óleo sobre lienzo
Museo Nacional de Escultura, Valladolid
Procedente del monasterio de San Benito el Real de Valladolid
Pintura renacentista española. Escuela toledana













Mientras que la personalidad artística de Juan de Borgoña el Viejo está más o menos delineada desde su aparición en Toledo a partir de 1495, donde ya plenamente formado abrió un prestigioso taller cuya magistral aportación, a principios del siglo XVI, resultó decisiva para la orientación de la nueva estética pictórica en Castilla en virtud de su condición de introductor de las formas del Quattrocentoitaliano, no puede decirse lo mismo de su hijo Juan de Borgoña el Joven, cuya identidad es todavía un misterio por resolver que ha dado lugar entre los estudiosos a las más variopintas y contrapuestas hipótesis en el momento de proponer atribuciones para algunas pinturas, en la mayoría de los casos convertidas en meras especulaciones estilísticas que no han hecho más que difuminar su ya complicada e indefinida personalidad en el panorama pictórico castellano del segundo cuarto del siglo XVI.

Aunque de Juan de Borgoña padre desconocemos los datos biográficos y formativos anteriores a su actividad en Castilla, se le presupone un posible viaje a Italia debido al conocimiento que demuestra del tipo de pintura realizada en Toscana y Umbría, predominando en toda su obra una clara influencia italiana, siendo también ilustrativo el que fuera uno de los pocos pintores que utilizara con soltura la técnica del fresco en algunas empresas castellanas. En líneas generales, su estilo acusa una influencia del florentino Domenico Ghirlandaio, en cuyo taller pudo culminar su formación, con efectos lumínicos relacionados con Piero della Francesca, paralelismos en la composición de fondos con la obra de Piero di Cosimo y Filippino Lippi, figuras severas que recuerdan a Andrea del Castagno y un tratamiento anatómico —especialmente en los desnudos— afín a los modelos de Luca Signorelli, siendo una constante el alto grado de idealización de las figuras, cuyo dramatismo atemperado en ocasiones se traduce en falta de expresividad, así como el enmarcar las escenas en amplios paisajes o entre arquitecturas clásicas, con profusión de adornos vegetales y figurativos.

En torno a estos presupuestos presentes en la obra paterna debió de realizar su formación artística Juan de Borgoña hijo, que comenzó a trabajar en el taller de su padre en fecha imprecisa y permaneció fiel al estilo paterno a lo largo de su vida activa en Toledo entre 1533 y 1565, hecho que le diferencia de Juan Correa de Vivar y Francisco Comontes, que a pesar de ser también discípulos de Juan de Borgoña padre, fueron mucho más permeables a los valores expresivos de los nuevos tiempos1. El hecho de que Juan de Borgoña el Joven continuara la obra de su padre al morir, terminando algunos trabajos que habían quedado inacabados, así como el mantenimiento de una estrecha proximidad con la obra paterna a lo largo de toda su carrera, ha originado en muchas ocasiones que la acusada dependencia de estilo cause problemas en la atribución de algunas pinturas por ser muy difícil establecer una diferenciación, a lo que se viene a sumar la obra de un nutrido grupo de fieles seguidores del gran maestro que aparecen englobados en la escuela toledana que estuvo activa hasta la segunda mitad del siglo XVI.

En este sentido, Diego Angulo planteó la posibilidad de que el Maestro de Pozuelo, el Maestro de Toro y Juan de Borgoña el Joven sean la misma persona, un pintor que realizaría una considerable producción que todavía no está lo suficientemente catalogada. En la misma línea, Antonio Casaseca publicaba la actividad del hijo de Juan de Borgoña, trabajando en colaboración con Lorenzo de Ávila (de estilo muy similar) en tierras de Zamora, atribuyéndole una serie de obras cuya autoría hasta entonces se habían adjudicado al Maestro de Pozuelo y al Maestro de Toro. En esta vía abierta de estudio, nuevas aportaciones han sido recientemente realizadas por Iruñe Fiz Fuertes2.

Un rasgo de Juan de Borgoña el Joven es el de no abordar la búsqueda de realismo que perseguían sus colegas castellanos, prefiriendo el ideal formal, la primacía del dibujo en las composiciones y la utilización de una paleta fría de colores muy limpios3. Todos estos elementos quedan patentes en la bella pintura del Llanto sobre Cristo muerto que se conserva en el Museo Nacional de Escultura, adonde llegó procedente del monasterio vallisoletano de San Benito el Real como consecuencia del proceso desamortizador del siglo XIX. Por su tamaño y características, pudo presidir el altar de una capilla, establecer una estación dentro del claustro e incluso ser la parte central de un tríptico al modo hispanoflamenco.

La pintura, cuya datación oscila entre 1535 y 1540, presenta una composición resuelta en torno a la figura de Cristo muerto y recién desclavado de la cruz, que, apoyado en una posición casi erguida, presenta una enjuta anatomía con un escorzo de tres cuartos, mientras es atendido y llorado por dos hombres y cuatro mujeres. A su lado la Virgen, sufriente y llorosa, apenas se atreve a acercar con delicadeza la mano a su rostro preludiando una caricia. Detrás de ella, compartiendo el drama, se colocan las figuras dolientes de María Salomé y María Cleofás, esta última con la cabeza cubierta por el preceptivo manto de las viudas.

San Juan, colocado detrás de Cristo, con gesto pesaroso le sujeta reverencialmente la cabeza con un paño, después de haber sido retirada la corona de espinas que reposa en primer plano, junto a los clavos, en el ángulo inferior izquierdo. A los pies María Magdalena, desconsolada y arrodillada, se dispone a aplicar el perfume que contiene un tarro que sujeta en su mano izquierda. En segundo plano, en la parte izquierda, aparece Nicodemo en posición de perfil portando el sudario y sujetando en su mano las tenazas utilizadas en el desenclavo.
Su presencia se complementa con la de José de Arimatea, situado en un plano más alejado del lado opuesto, que dentro de una estancia excavada en la roca aparece acondicionando el sepulcro que tenía reservado para sí mismo. Más al fondo se eleva la colina terrosa del Gólgota en la que permanecen erguidas tres cruces, dando paso a un paisaje abierto al fondo cuyo horizonte es delimitado por una cadena de montañas ante las cuales discurre un río y una vista parcial de la ciudad de Jerusalén.          

Para establecer la claridad narrativa, Juan de Borgoña el Joven recurre a la composición de un espacio artificioso que aparece condicionado por una diagonal que partiendo de la figura de la Magdalena se eleva hasta las cruces del Calvario. A un lado y a otro se colocan la escena principal y los elementos secundarios, todos tratados con la minuciosidad narrativa propia de la pintura flamenca y usando una paleta de colores fríos cuyas tonalidades se degradan para conseguir profundidad.

Con gran habilidad, el pintor recurre al contrastado uso del color para definir formas, actitudes y significados. Mientras la pálida anatomía de Cristo se recorta sobre los tonos oscuros de las mujeres enlutadas, ofreciendo pequeños regueros de sangre en las huellas de la corona de espinas y en la herida del costado, la alusión al sacrificio sanguinolento aparece en sentido críptico determinada por el rojo intenso de los mantos del Evangelista, en la cabeza, y el de María Magdalena, a los pies, cuyas curvaturas establecen un óvalo que rodea a Cristo. Otro tanto ocurre con las tocas blancas que realzan la gestualidad de las mujeres y acentúan su dolor con los ojos enrojecidos por el llanto.

Del mismo modo, en la articulación del fondo el pintor recurre a establecer a los lados dos formaciones geológicas muy elementales y de tonos neutros que permiten realzar el colorido crepuscular del paisaje en lontananza. Si a la izquierda se eleva la árida colina del Gólgota en tonos terrosos, cuya falta de vida no sólo es remarcada por las cruces del tormento vacías, sino también por un árbol seco, la grisácea formación rocosa que aparece a la derecha, compuesta por artificiosos bloques geométricos, confiere al espacio del sepulcro el carácter de un monumento funerario. Por un efecto de contraste, adquiere una gran vitalidad el paisaje del fondo, definido por los tonos del río, la bruma que envuelve las montañas y un celaje cuajado por un tipo de nubes muy horizontales, utilizadas habitualmente por el pintor.

Igualmente son característicos de Juan de Borgoña el Joven los tipos humanos incorporados a esta pintura, con anatomías muy estilizadas dotadas de un movimiento cadencioso —rasgo de afinidad con Alonso Berruguete—, con características flexiones en las extremidades, así como rostros ovalados muy alargados que se afilan en las barbillas, narices muy rectas y globos oculares resaltados. En líneas generales, la escena presenta rasgos comunes a los pintores toledanos de la segunda generación del siglo XVI, especialmente algunos heredados de Juan Correa de Vivar, incorporando al sustrato toledano el incipiente manierismo que caracterizó la época4, siempre manteniendo el ideal formal del colorido frío y la supremacía del dibujo detallado en toda la composición con la finalidad de establecer una narración diáfana y comprensible.        


Informe y fotografías: J. M. Travieso.




NOTAS

1 Estudios sobre estos pintores fueron realizados por Diego Angulo y Charles Post, a los que se suman los realizados recientemente por Isabel Mateo.

2 FIZ FUERTES, Iruñe. Lorenzo de Ávila, Juan de Borgoña II y su escuela. Centro de Estudios Benaventanos "Ledo del Pozo", Benavente (Zamora), 2003. Estudio sobre las personalidades de estos pintores en el entorno de las comarcas de León y Zamora y sus conexiones con Valladolid y Toledo.

3 DÍAZ PADRÓN, Matías. Una tabla restituida a Juan de Borgoña el Joven, en el Museo del Prado. Boletín del Museo del Prado Vol. 6, nº 16, 1985, pp. 14-21.

4 MATEO GÓMEZ, Isabel. El Entierro de Cristo / Pintura del Museo Nacional de Escultura. Siglos XV al XVIII. Edición dirigida por Jesús Urrea, Madrid, 2001, pp. 72-74.













Juan de Borgoña el Joven
Izda: San Sebastián con San Fabián y San Tirso. Museo del Prado
Dcha: Santiago en la batalla de Clavijo. Colección privada, USA











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Exposición: El 12 de octubre finaliza TIEMPOS DE MELANCOLÍA. CREACIÓN Y DESENGAÑO EN LA ESPAÑA DEL SIGLO DE ORO, horario especial

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MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA. PALACIO VILLENA
Calle Cadenas de San Gregorio, Valladolid

HORARIO ESPECIAL CON MOTIVO DEL DÍA DE LA HISPANIDAD

Domingo 11 de octubre
De 11 a 14 h. y de 16,30 a 19,30 horas
Lunes 12 de octubre
De 10 a 14 horas

Entrada gratuita








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Exposición: MUCHO MÁS CINE, POR FAVOR, de "La familia bien, gracias", del 13 de octubre al 16 de noviembre 2015

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PUERTO CHICO
Calle Nicasio Pérez 1, Valladolid

MUCHO MÁS CINE, POR FAVOR
Ilustraciones cinematográficas de "La familia bien, gracias"

Entrada gratuita


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Concierto: POLIFONÍA DEL SIGLO DE ORO, 16 de octubre 2015

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MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA. CAPILLA DEL MUSEO
Calle Cadenas de San Gregorio, Valladolid

CICLO PENÍNSULA MELANCÓLICA
Con motivo de la exposición "Tiempos de Melancolía. Creación y desengaño en la España del Siglo de Oro

Viernes 16 de octubre
Capilla del Museo Nacional de Escultura, 20,30 h.
POLIFONÍA DEL SIGLO DE ORO
Obras de Tomás Luis de Victoria, Cristóbal Morales y Bernardino de Ribera

PRECIO ENTRADA:
General: 10 €.
Reducida: 8 € para los Amigos del Museo.
A la venta en la Asociación de Amigos del Museo (Tienda del Museo).

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Cine Fórum: MR. TURNER, 21 de octubre 2015

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CICLO HACIA EL ROMANTICISMO
ARTE E HISTORIA A TRAVÉS DEL CINE
Organizado por Domus Pucelae, Universidad de Valladolid y Cine Club Casablanca

Miércoles 21 de octubre
18:30 h.
Aula Mergelina, Universidad de Valladolid, Plaza de la Universidad s/n.
MR. TURNER
Mike Leigh, 2014, 150 min.
Versión original con subtítulos en español
Presentación: Francisco Javier Domínguez Burrieza.

Entrada gratuita hasta completar aforo


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Theatrum: LA VICTORIA DE SAN IGNACIO, una alegoría triunfal de la Compañía de Jesús

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EL TRIUNFO DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
Diego Díez Ferreras (Carmona, Sevilla, h. 1640-Valladolid, 1697)
1675
Óleo sobre lienzo
Antesacristía de la Real Iglesia de San Miguel y San Julián, Valladolid
Pintura barroca








Durante la segunda mitad del siglo XVII, lo que fueran encargos masivos de pinturas en años anteriores disminuyeron considerablemente en Valladolid, lo que también se tradujo en la reducción de obradores a ello dedicados. A pesar de configurar una verdadera escuela local, ninguno de los talleres pertenecía a un gran maestro en activo, sino a discretos pintores que hacían lo que podían al albur del repertorio proporcionado por grabados y estampas o intentando emular las creaciones de los grandes maestros que conformaron las escuelas madrileña y andaluza, las más pujantes del momento. Un caso significativo fue el del gran pintor vallisoletano Antonio de Pereda (1611-1678), que tuvo que desplazarse a Madrid para prosperar atendiendo la demanda de pinturas religiosas por parte de iglesias y conventos instalados en torno a la Corte.

ALEGORÍA DEL TRIUNFO DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
"Didacus Diez de Ferreras faciebat 1675"    

En la antesacristía y sacristía de la actual iglesia de San Miguel y San Julián de Valladolid se conserva un interesante ciclo de pinturas dedicado a la Exaltación de la Eucaristía, todas ellas de carácter apoteósico, que fueron encargadas por los jesuitas superada la mitad del siglo XVII, cuando esta construcción albergaba la Casa Profesa de la Compañía de Jesús en Valladolid, que por entonces conocía una imparable actividad tras contar con el favor de los Condes de Fuensaldaña. Todas ellas  responden al gusto jesuítico respecto al uso de imágenes con fines contemplativos y didácticos, de acuerdo a las recomendaciones del Concilio de Trento y siguiendo la propuesta de San Ignacio del uso de estampas como vía para la meditación, como medio para hacerse una "composición de lugar".

A la interesante pintura de la Exaltación de la Eucaristía, obra de Felipe Gil de Mena, se suman cuatro grandes pinturas de Bartolomé Santos que representan la Apoteosis de la Iglesia, el Triunfo de la Eucaristía sobre la Filosofía, el Triunfo de la Eucaristía sobre la Idolatría, y el Espíritu Santo inspirando a Evangelistas y Santos, que siguen los modelos para tapices realizados por Rubens para el convento de las Descalzas Reales de Madrid por encargo de Isabel Clara Eugenia. La serie se complementa con tres pinturas más, dos carros triunfales dedicados a la Inmaculada, obra de Cristóbal Gogenaga, y la Victoria de San Ignacio, pintada y firmada por Diego Díez Ferreras en 1675, con un marcado sentido de exaltación jesuítica.

La Victoria de San Ignacio es una pintura de grandes dimensiones que, aunque realizada pasados cincuenta años de la canonización del santo en 1622, todavía deriva del ambiente triunfalista que ello originara en la Compañía de Jesús. En ella, Diego Díez Ferreras establece una complicada composición alegórica, probablemente con elementos tomados de algún grabado usado como modelo, cuyas claves, hoy alejadas del lenguaje simbólico ordinario, no son fáciles de interpretar. Fruto de una estudiada composición, la escena se divide en dos zonas bien definidas, izquierda y derecha, que ocupan idéntico espacio a cada lado.

En la parte superior de la izquierda se aprecia a San Ignacio sobre un carro triunfal que fluctuando por una gloria abierta arrolla a una serie de personajes. Aparece en el momento de ser coronado con laurel, símbolo de triunfo y gloria perpetua, por un ángel situado a su espalda, y revestido con una rica indumentaria de sacerdote, mientras de su pecho surge un rayo que atraviesa la escena en diagonal hasta iluminar la figura de un niño colocado en la zona opuesta.
El carro triunfal está tirado por los cuatro símbolos del Tetramorfos, que además de aludir a la fuerza de los Evangelios adquieren el significado de virtudes que adornaron al santo, las cuatro identificadas con inscripciones sobre filacterías, de modo que el ángel de San Mateo se refiere a la Piedad (Pietate), el toro de San Lucas a la Fortaleza (Fortitvdine), el león de San Marcos al Celo (Zelo) y el águila de San Juan a la Sabiduría (Sapientia).
A su paso, bajo las ruedas, quedan vencidas dos figuras de hombres que simbolizan la herejía, uno en primer plano boca abajo, con el torso desnudo sobre un gran libro y sujetando en la mano un turbante rojo, y otro boca arriba sin ningún atributo. Tras ellos se distingue un esqueleto portando una guadaña, símbolo de la muerte.

En la parte inferior de la izquierda aparece una iconografía un tanto desconcertante, pues mientras un ángel situado ante un mar embravecido sujeta en primer plano un emblema en el que señala el lema de la Compañía de Jesús —Ad maiorem Dei gloriam—, a su lado dos angelitos tallan en madera la figura de un caballero que porta un libro, uno tomando medidas de la cabeza con un compás y otro golpeando con un mazo la gubia sobre la cabeza, en la que aparece escrito "Hoc opus hic labor est". Estos ángeles escultores, que son los elementos más curiosos de la composición, se pueden interpretar como un símbolo de la creación de la Compañía de Jesús y el logro del triunfo a través del esfuerzo. Por su parte, el mar enfurecido del fondo puede aludir a aquellos viajes marítimos del santo en los que se produjeron milagros. 

La mitad derecha está ocupada por una arquitectura con arcos de medio punto sobre cuatro columnas salomónicas que, a modo de baldaquino, aparece decorada con cintas y guirnaldas de flores y frutos. Las columnas adquieren el simbolismo de la Compañía de Jesús, el edificio levantado por San Ignacio, cuyos sólidos pilares se convierten en atributos de la Fortaleza, la Constancia, la Castidad y la Virtud en general. Sobre cada uno de los soportes están sujetas figuras alegóricas de vicios, pecados o tentaciones, acompañadas por su correspondiente inscripción, y a los pies, en primer plano, un grupo de personificaciones que representan las armas para vencerlos y mantener firme el edificio.

En la parte superior, bajo el arco y frente a la figura de San Ignacio, una cartela encierra una inscripción que indica el tema principal del cuadro: "S. Ignacio victori" (San Ignacio victorioso), a la que se suman a los lados dos más pequeñas con textos del Magnificat: "Fecit potentiam" y "In braquio svo".

Más abajo, en la columna situada más a la izquierda, que parece desmoronarse, aparece la cabeza de un turco y un libro que cae, acompañándose de la inscripción "De prostrata haeresi fides" y de un libro amarrado algo más abajo, todo ello simbolizando la herejía pagana. En la siguiente se muestra una alegoría de la Muerte formada por una calavera con una hoz y una pala sobre la inscripción "De trivmphata morte natura", bajo la que se coloca otra calavera con una tibia y un peroné cruzados y un reloj de arena, apareciendo algo más abajo unas serpientes trepando por la columna. En la contigua se aprecia la figura de un demonio y la cabeza de un animal sobre la inscripción "De profligata idolatria religio" y, en la situada más a la derecha, una cabeza de elefante y otra cartela con la inscripción "De svbacto doemone, gratia", aludiendo ambas a la idolatría y las tentaciones del demonio.

Junto a las columnas y correspondiendo con los símbolos descritos, se colocan cuatro alegorías, personificadas en mujeres con determinados atributos y acompañadas por niños que también sujetan objetos, que representan los medios para vencer los vicios o pecados simbolizados sobre las columnas.
Comenzando por la izquierda aparece una mujer que porta un cáliz con la Eucaristía y se acompaña por un ángel que sujeta el báculo y la tiara papal, símbolo de la Iglesia. Su presencia puede interpretarse como una contraposición de la Fe Católica respecto a la herejía que produce el desmoronamiento de la columna, simbolizada por la cabeza del turco y el libro que atado a la columna alude a la falsedad de la doctrina herética.
A su lado se halla otra mujer que tiene a sus pies un globo terráqueo, mientras un ángel sujeta un recipiente, de tal manera que se establece una contraposición entre el mundo y la muerte, expresada sobre la columna como algo natural y terrenal, significando la labor benéfica de San Ignacio por todo el orbe al predicar la salvación de los hombres tras la muerte natural, motivo por el que el globo terráqueo se convierte en un atributo repetido en la iconografía de San Ignacio.  
Por detrás, otra mujer porta una cruz y a su lado un ángel porta un incensario, estableciendo respecto a los elementos de la columna una contraposición entre la idolatría y la religión.  
Finalmente, más a la derecha, una mujer que porta un bastón en el que se enrolla una serpiente tiene un pájaro sobre el hombro y ayuda a elevarse sobre la columna a otro ave de mayor tamaño. A su lado un ángel porta una lámina con la imagen de San Ignacio. Se interpreta como una contraposición entre el pecado, simbolizado por la cabeza de elefante que cuelga de la columna, y la virtud o gracia divina, simbolizada por el Ave Fénix que es elevado por la mujer, imagen del ánimo invicto reforzado por la gracia divina que representan los rayos del sol. La idea se refuerza por el bastón con la serpiente, símbolo de la predicación y la lucha contra el demonio de San Ignacio, cuya figura es mostrada en la lámina que porta el niño.

En definitiva, en los símbolos sobre las columnas se ha representado la herejía, la muerte, la idolatría y el pecado que son vencidos por la fe, la naturaleza, la religión y la gracia respectivamente, representadas por las alegorías femeninas y sus acompañantes.

Diego Díez Ferreras. Retablo mayor
de la iglesia de Santa Cruz, 1666, Medina de Rioseco
Completa la composición la figura de un joven sentado en primer plano que recibe en su pecho la ráfaga de luz que emana del corazón de San Ignacio, una figura que se convierte en una alegoría de la Compañía de Jesús, que recibe la inspiración de su fundador, teniendo como fundamentos las virtudes que le acompañan. La presencia de las figuras de niños puede interpretarse como una alusión a la formación de niños y jóvenes, una de las prioridades de la Compañía de Jesús.

Como epílogo, remarcaremos que tan complicada alegoría no sólo supone un canto al triunfo de San Ignacio sino también a la gloria de la misma Compañía de Jesús que encargó la pintura, uniendo a la visión victoriosa del santo fundador sobre la muerte y la herejía otra visión triunfante de la Orden a través de los pilares que la sustentan, cuya actividad tenía como objetivos principales la lucha contra la herejía, la muerte, la idolatría y el pecado a través de la Fe, la Naturaleza, la Religión y la Gracia, aunque queden sin resolver algunos matices del verdadero significado de algunos elementos iconográficos1.

EL PINTOR DIEGO DÍEZ FERRERAS

Dentro del panorama local, puede considerarse a Diego Díez Ferreras como la figura más representativa de la pintura vallisoletana de la segunda mitad del siglo XVII y el pintor más importante de la ciudad tras la muerte de Felipe Gil de Mena en 1673. A pesar de ser un pintor algo mediocre y desigual, llegó a realizar una extensa producción ajustada a los cánones contrarreformistas, formándose en su taller pintores como Manuel Osorio, Mateo Olmos y José Gutiérrez2.

Diego Díez Ferreras. Niño Jesús de la Pasión, 1668
Izda: Iglesia de las Angustias, Valladolid/Dcha: Iglesia de San Frontis, Zamora
Diego Díez Ferreras había nacido en Carmona (Sevilla) hacia 1640 y muy joven se trasladó a Valladolid, donde en 1662 aparece citado en el testamento del pintor Amaro Alonso, en el que se hace constar que Diego Díez Ferreras está sufriendo pena de cárcel injustamente acusado de ser el autor de dos puñaladas en un refriega  nocturna. En ese tiempo abre el taller y habita una casa en la Plaza Mayor con su esposa María de Aro y Paz, que fallece en 1663 y es enterrada en la iglesia de Santiago3. Tiempo después contraería nuevo matrimonio con Inés de Osorio.
Su primer encargo importante se produce en 1666, cuando se compromete a realizar una colección de once pinturas, con historias en distintos tamaños referidas al emperador Constantino y Santa Elena, destinadas al retablo mayor de la iglesia de Santa Cruz de Medina de Rioseco. Este trabajo, que cobraría al ser concluido tres años después, no supera la mediocridad, destacando entre todas la escena central que representa al Emperador Constantino portando la Cruzen compañía de su séquito.

Diego Díez Ferreras. Muerte de San José y Taller de Nazaret, 1668
Iglesia de las Angustias, Valladolid
Algo más discretos son los dos lienzos que realizara en 1668 para la capilla de San José que el gremio de entalladores y carpinteros disponía en la iglesia de las Angustias de Valladolid. Uno representa el Taller de Nazaret y otro la Muerte de San José, en la que incluye un buen retrato del donante don Antonio López, a pesar de que las escenas son bastante convencionales y populares. De nuevo el pintor demuestra un dominio del dibujo muy elemental, el gusto por los colores contrastados y el afán por rellenar las escenas de objetos anecdóticos tomados de la vida cotidiana, en una de ellas incluyendo un pequeño perro.

En 1675 contrata la escena del Anuncio del ángel a Zacarías para la iglesia penitencial de la Cofradía de la Pasión, que también encargaba a varios pintores locales una serie con escenas de la vida de San Juan Bautista, patrono de la Cofradía. Tras el cierre de la penitencial, las pinturas fueron trasladadas a la iglesia de San Juan, donde actualmente se encuentran, en su mayoría pidiendo a gritos una restauración y limpieza. En esta pintura, que adolece de cierto envaramiento e inexpresividad, Diego Díez Ferreras se recrea reproduciendo toda una serie de objetos metálicos y una columna entorchada, elementos que preceden a otros alegóricos incorporados en La Victoria de San Ignacio, que fue concertada con la Compañía de Jesús ese mismo año de 1675 y de la que hemos tratado.
Diego Díez Ferreras. Anuncio del ángel a Zacarías, 1675
Iglesia de San Juan, Valladolid

También para la Casa de los Jesuitas, en este caso de Segovia (hoy convertida en Seminario Diocesano), en 1678 contrataba siete pinturas con motivos jesuíticos para el retablo mayor que realizara el escultor Juan Vallejo. En ellas mantiene los colores intensos y contrastados, con un dibujo muy elemental que limita los logros estéticos.

Igualmente relacionado con el ámbito jesuítico está el extenso trabajo que le encomendara en 1680 el Colegio de Ingleses de San Albano de Valladolid, donde realizó al fresco las ocho pinturas que con un variado santoral decoran la cúpula ovalada de la iglesia, así como la curiosa serie de ocho pinturas largas y apaisadas que narran la "Historia de la Virgen Vulnerata", profanada en Cádiz por las tropas inglesas en 1596 y trasladada a Valladolid en 1600, todas colocadas sobre los balcones del coro de la iglesia. La serie narra los episodios de La llegada de la escuadra inglesa a Cádiz, El desembarco inglés en Cádiz y los gaditanos orando a la Virgen, La Virgen sacada del templo, La Virgen arrastrada por las calles de Cádiz, La profanación de la Virgen, La Virgen llevada en procesión en Valladolid, La Virgen presentada al rey de Españay Adoración de la Virgen por los reyes y personajes ingleses en Valladolid. Todas las escenas están resueltas con gran ingenuidad, pero la profusión de personajes y elementos narrativos las confieren el valor de un documento histórico muy interesante acerca de la religiosidad vivida cuando en Valladolid estaba asentada la Corte española.

Diego Díez Ferreras. Historia de la Virgen Vulnerata, 1680
Iglesia del Colegio de San Albano, Valladolid
Más elaboradas son las versiones que hiciera de la Virgen de la Asunción, en las que, como pintor sevillano, se incorpora al importante movimiento "inmaculista" que en ese momento causaba furor en la capital hispalense. A partir de un grabado de Shelte a Bolswert, que reproduce el tema de la Asunción pintado por Rubens, Díez Ferreras crea su propio arquetipo, a mitad de camino entre la Inmaculada y la Asunción, con una Virgen de larga cabellera, sedente sobre una nube sustentada por ángeles por encima del sepulcro, las manos gesticulantes, el manto hinchado y profusión de querubines acompañantes. Se conocen hasta cinco versiones4, localizadas en la colegiata de San Antolín de Medina del Campo (firmada en 1682), en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid, en la iglesia de la Asunción de Laguna de Duero (procedente del convento de San Francisco de Valladolid), en la iglesia de Arcenillas (Zamora) y otra procedente de la ermita de la Virgen de Luguillas de Mojados que actualmente no está localizada.       

Miembro de la vallisoletana Cofradía de San Lucas, la actividad de Diego Díez Ferreras abarcaba no sólo pinturas sobre lienzo, sino todo tipo de trabajos decorativos, como los escudos de armas que pintaba en 1686 para la iglesia de San Miguel. Asimismo, como lo demostrara en diferentes ocasiones, estaba dotado para la realización de retratos, siendo un buen ejemplo el realizado a don Gabriel del Valle, arzobispo de Valladolid, al que presenta con una caída de las vestiduras muy rudimentaria y poca fuerza en el dibujo anatómico. Obras suyas también se localizan en las capillas de la Purísima y de San Fernando de la catedral de Palencia.

Diego Díez Ferreras. Asunción, 1682
Izda: Colegiata de San Antolín, Medina del Campo
Dcha: Museo Diocesano y Catedralicio, Valladolid

Centro: Asunción de Rubens en un grabado de Shelte a Bolswert
Diego Díez Ferreras moría en Valladolid en 1697, dejando tras de sí una producción considerable de pintura religiosa de temática muy variada, en la que predominan los rostros inexpresivos y las composiciones algo ingenuas e incapaces de seducir por sus méritos pictóricos, aunque en algunas ocasiones es capaz de sorprender por los matices novedosos que incorpora en algunas escenas, como ocurre en La Victoria de San Ignacio, sin duda la mejor de sus pinturas.
             

Informe: J. M. Travieso.




Diego Díez Ferreras.  Don Gabriel del Valle,
arzobispo de Valladolid, catedral de Valladolid

NOTAS

1 ANDRÉS GONZÁLEZ, Patricia. La "Victoria de San Ignacio", de Diego Díez de Ferreras, dentro de la serie eucarística de la iglesia jesuita de San Miguel de Valladolid. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología (BSAA arte), LXXI, Universidad de Valladolid, 2005, pp. 275-300. La mayor parte de la interpretación iconográfica de este trabajo está tomada de este estudio de Patricia Andrés González, que fue presentado en el IV Simposio Internacional de Emblemática "Filippo Picinelli", organizado por el Colegio de Michoacán (México) en mayo de 2002.

2 VALDIVIESO GONZÁLEZ, Enrique. La pintura en Valladolid en el siglo XVII. Diputación de Valladolid, Valladolid, 1971, pp. 172-173.

3 Ibídem, p. 172.

4 URREA FERNÁNDEZ, Jesús. Del olvido a la memoria VI. Patrimonio provincial restaurado. Diputación de Valladolid, Valladolid, 2007.






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Reportaje: Viaje a Japón en agosto-septiembre 2015.

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Hakone (puesto fronterizo)
El viaje que hemos realizado a Japón, país del que tanto se habla pero que pocos han tenido el privilegio de poder visitar, nos ha servido para conocer su historia milenaria, sus templos, santuarios, arquitectura, arte, cultura, tradiciones, costumbres y gastronomía. Disfrutar de grandes ciudades como Tokio, Osaka, Kioto, Hiroshima, Miyajima, Nagoya y Nara. Descubrir las maravillas de esos pueblos que no por ser pequeños y poco conocidos han sido tan importantes en nuestro recorrido me refiero a Hakone, Tsumago, Magome, Shirakawago, Takayama, Kawaguchiko, todo ello dejara un recuerdo muy difícil de olvidar.

Días 24 y 25 de agosto 2015
Salimos a las 12,30 horas de la mañana de la plaza de Colón con dirección al aeropuerto de Adolfo Suárez- Barajas, sobre las 15,00 horas llegamos a la T-1 nos dirigimos a facturar y proceder al embarque, nuestra salida se realizó a las 17,45 horas con destino a Japón vía Estambul, llegamos a ésta última a las 23,10 horas, estuvimos en tránsito hasta las 0,15 horas que embarcamos en dirección a Tokio. El viaje resultó muy largo en horario a pesar de la comodidad del vuelo al personal se le notaba cansado llegamos el día 25 a las 18,40 (hora local), pasamos el tedioso control de pasaportes (mucho tiempo en la toma de huellas dactilares, foto facial, etc…). Recogimos las maletas y nos dirigimos en busca de la guía que ya estaba nerviosa por nuestra tardanza en salir. Después de las explicaciones nos confirmó que era normal esta lentitud de los japoneses. 
Santuario Sacurayama-Hachiman
Como el aeropuerto Nerita-Tokio, dista a dos horas de la ciudad, durante el trayecto nos fue informado de cómo estaba trazado el viaje en los días que permaneceríamos en tierras japonesas y de las características más importantes del país, llegamos al hotel, entrega de llaves y después cenamos en el propio hotel, nos quedamos impresionados por las instalaciones del mismo pero sobre todo por la extraordinaria cena que pudimos disfrutar, posteriormente nos retiramos a descansar y tomar fuerzas para los días que nos esperaban pues el programa era muy apretado pero estábamos convencidos que el esfuerzo merecería la pena como así fue.

Día 26 de agosto 2015
Después de desayunar salimos del hotel sobre las 8,30 horas para iniciar la visita de la ciudad, conocimos el Santuario Shintoísta de Meiji que está dedicado a los espíritus deificados del Emperador Meiji y su mujer, la Emperatriz Shoken, le dedicamos el tiempo necesario para disfrutar de su belleza , eso si nos acompañó la lluvia lo cual nos hizo acortar la visita. 
Templo Kinkakuji (Pabellón Dorado)
La siguiente parada fue la Plaza del Palacio Imperial y aunque no estaba en el programa pasamos por el barrio donde están ubicados los edificios del Gobierno (Ministerios de A. Exteriores, Economía,  Cámaras de representantes del pueblo,  etc…), continuamos  hacía el barrio Ginza, paseamos por esta zona del glamour por excelencia, con las mejores tiendas de lujo. Entre otros edificios significativos está el edificio Sony, donde encontramos toda la tecnología electrónica al más alto nivel. También hicimos una parada  para conocer el Kabuki-ka que es uno de los teatros más importantes de Kabuki, este barrio es de los  que marcan tendencia, siendo uno de los más dinámicos de Tokyo y tiene una increíble vida nocturna. Ya en el autocar llegamos  hasta el  Templo Asakusa Kannon, el más antiguo de Tokyo, accedimos a él a través de Nakamise, una calle comercial llena de puestos de artículos y comida lista para tomar. Siguiendo el programa del día, nos dirigimos hasta la Torre de Tokyo subimos hasta la plataforma donde se puede disfrutar de unas panorámicas de la ciudad verdaderamente impresionantes, las zonas que se divisaban estaban señalizadas sobre los ventanales para comprender mejor las vistas que  contemplabas, esta torre tiene 2 miradores situados a distintos niveles, su construcción es similar a la Torre Eiffel parisina, con esta visita dimos por cumplimentada la mañana, almorzamos en un restaurante en el barrio Ginza , probamos las delicias japonesas , todo el grupo quedo muy satisfecho de esta nuestra primera comida del país. 
Santuario de Heian
Salimos caminando hacia el embarcadero para hacer un mini crucero por el Río Sumida, que atraviesa la ciudad de Tokyo...  Una vez que desembarcamos nos dirigimos a otra zona de la ciudad para hacer la visita nocturna del barrio Odaiba, una isla artificial situada en la bahía de Tokio. Su construcción comenzó a finales del siglo XX, pero es ahora cuando está en su máximo apogeo, tiene varios centros comerciales, restaurantes y terrazas, algunos de los cuales vimos por dentro, también nos hicimos fotos junto a una réplica de la Estatua de la Libertad enclavada en ese lugar, cenamos en el restaurante del Gran Palace Pacifico situado en la zona, regresando al hotel sobre las 22,00 horas dando por finalizada la jornada.

Día 27 de agosto 2015
Desayunamos y salimos del hotel hacia Hakone, antes de abandonar Tokyo  pasamos por el famoso cruce de Shibuya también conocido como de Hachiko. La intersección  se compone de cinco pasos de peatones sincronizados, lo que significa que cada vez que se abren los semáforos una marea humana invade el asfalto convirtiendo al lugar en el cruce más transitado del mundo. Ya en carretera nuestro primer objetivo era conocer el Parque Nacional de Fuji-Hakone; situado a menos de 100 kilómetros de Tokyo. Famoso por su balnearios de fuentes termales y por las vistas del cercano Monte Fuji y conocer también el Valle Infierno de Owakudani (dado que por las condiciones climatológicas no se pudieron visitar). 
Santuario de Fushimi Inari
Sobre la marcha los sustituimos por las visitas al Santuario de Hakone que data del año 757 y el Hakone-Sekisho (puesto fronterizo en la época de los samuráis), con una reproducción fiel de lo que existió en ese lugar, consta de viviendas para oficiales y soldados,  prisión y torre de vigilancia, existe un museo con exposiciones y material de la época. Continuamos hasta el Lago Ashi donde realizamos un mini crucero, posteriormente subimos en el teleférico en el Monte Komagatake, donde disfrutamos de las vistas desde la cima cuando bajamos nos dirigimos al restaurante para comer. Finalmente continuamos hasta Kawaguchiko, donde  estaba situado nuestro hotel. Se entregaron las habitaciones y cenamos a la japonesa (incluida la vestimenta es decir con kimonos), finalizada la cena parte del grupo  utilizó la zona termal  y se dieron un masaje, el resto se retiró a las habitaciones para descansar.

Día 28 de agosto 2015
 Después de desayunar salimos del hotel a las 8,30 horas, como el recorrido era largo paramos en Suwacko para estirar las piernas y otros menesteres, reanudamos la marcha y la guía aprovecho para seguir dándonos a conocer algo de la Historia de Japón, sobre las 11 horas llegamos a  Tsumago, antiguo pueblo de hospedaje de la ruta "Nakasendo" que unía Edo (actual Tokyo) y Kyoto a través del valle de Kiso. 
Templo Tenryuji
Está declarada zona protegida por contar con edificios originales que datan del siglo XVII. Comimos en este lugar, posteriormente visitamos la antigua casa Samurái "Waki Honji" y paseamos por sus calles antiguas. Nuestra siguiente parada fue el pueblo de Magome que tiene unas características similares a Tsumago. Cumpliendo el horario previsto pusimos rumbo a Takayama llegamos al hotel se repartieron las habitaciones, cenamos a las 20,30 horas, algunas personas del grupo salieron para dar un paseo nocturno y otras aprovecharon para utilizar las instalaciones  (sauna, masaje, etc...) y retirarse a descansar.

Día 29 de agosto 2015
Desayunamos en el hotel y salimos a las 9,00 horas para comenzar la visita de Takayama, esta ciudad situada en medio de los Alpes Japoneses, conserva la atmósfera de ciudad-castillo, se caracteriza por las casas de los comerciantes, sus templos y santuarios. Paseamos por uno de los barrios más típicos en el cual se encuentra la Calle Kamisannomachi (muy bonita y que gusto muchísimo al grupo),nos desplazamos en autocar al otro extremo de la ciudad para conocer el Yatai Kaikan (la sala de exposición de las carrozas festivas) en otro edificio se encuentra la sala de maquetas maravillosamente montadas para goce y disfrute del visitante, entre ambos espacios está ubicado el Santuario Sacurayama-Hachiman el cual visitamos aprovechando la cercanía a pesar que no estaba previsto en la programación del viaje. 
Barrio Higashiyama
A continuación, salimos hacia Shirakawago, en el corazón de las montañas, este pueblo está declarado Patrimonio de la Humanidad. El almuerzo lo realizamos en un restaurante del estilo tradicional de “Gassho-zukuri”. Iniciamos la visita de Shirakawago donde conocimos la casa museo  Wada House, la principal característica de estas edificaciones son sus tejados, pensados para soportar el peso de la nieve y que representan unas manos entrelazadas, orando. Terminado el tiempo fijado salimos hacia Kyoto. Llegamos a la que  fue capital de Japón durante más de mil años, sobre las 19,00 horas nos trasladamos al  hotel, (extraordinario en instalaciones, restaurantes y ubicación), pues frente al mismo se encuentra la Estación de trenes de Kyoto, cenamos de lujo en uno de sus restaurantes y después salimos a dar una vuelta para la primera toma de contacto de la ciudad, regresamos sobre las 22,00 horas al hotel dando por cumplimentado el día.

Día 30 de agosto 2015
Salimos del hotel después de desayunar para iniciar la visita de la ciudad, empezamos con el Templo Kinkakuji (Pabellón Dorado), uno de los más célebres de la ciudad, ya que sus paredes exteriores están cubiertas de oro. Continuamos con el Castillo de Nijo, un perfecto ejemplo de la arquitectura de los ‘castillos palacio’ del Japón del periodo Edo, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1994. 
Hiroshima
Paseando llegamos hasta el Mercado Nishiki un lugar muy recomendable para visitar, es un mercado tradicional que está especializado en todo lo que tiene relación con la comida, en este mercado puedes encontrar de todo, existe dentro de sus calles sitios para comer y pasar un rato muy agradable , reanudamos nuestro paseo hasta llegar al restaurante donde comimos y reposamos  hasta que llegó el autocar que nos trasladaría a visitar el Santuario Shintoísta de Heian, el enorme Torii, que marca la entrada al Santuario, es uno de los más grandes de Japón, y su edificio principal fue diseñado para imitar al Palacio Imperial de Japón, posteriormente nos desplazamos hasta el Santuario Shintoísta de Fushimi Inari, que es el más importante de los dedicados al kami Inari, lo más destacado de este santuario son los senderos que pasan por cientos de torii (puerta sintoísta sagrada), que han sido donados por gentes anónimas, es el más importante y visitado de todo Japón, según nos explicaron en él se grabó la película “Historia de una Geisha”, volvimos al hotel para tomar un descanso. A las 18,45 horas salimos para hacer la visita nocturna del barrio Gion; con sus callejuelas  medievales, sus casas de té, y sus restaurantes típicos. Cenamos y sobre las 21,30 horas regresamos al hotel para descansar.

Isla Miyajima y Santuario de Itsukushima
Día 31 de agosto 2015
  Después de desayunar en el hotel, salimos a las 9,00 horas, para visitar los barrios de Sagano y Arashiyama, nuestro primer destino fue el Templo Tenryuji, construido en 1339 en un antiguo edificio de la villa del Emperador Go-Daigo, después de que un sacerdote soñara con que un dragón que salía de un río cercano, su principal atractivo es un jardín zen que también vimos y paseamos con multitud de fotos que se hicieron en él los integrantes del grupo, continuamos caminando para realizar nuestra segunda visita que era el bosque de bambús, los senderos que atraviesan el bosque de bambú, son muy agradables para realizar un paseo y admirar su más de 50 variedades de bambú, dando lugar a un paisaje espectacular del cual pudimos gozar. A pesar de no estar dentro de nuestro itinerario inicial fuimos paseando a lo largo del río Hozu, viendo las típicas barcas y los montes aledaños donde habitan los típicos monos del parque de Arashiyama, también llamados “macacos japoneses”, pero se les conoce como “monos de la nieve” porque son los primates, a excepción del hombre, que viven a temperaturas más bajas, caminando llegamos hasta nuestra tercera visita el Puente Togetsu, conocido como el puente que cruza la luna, después de unas fotos de grupo junto al mismo, nos dirigimos a comer en un restaurante que estaba cercano a él. Posteriormente visitamos el barrio de Kiyomizu con sus maravillosas calles, paseando entre otras por Ninenzaka y Sannenzaka, terminando con la visita al Templo de Kiyomizu, también llamado Templo del agua pura, al que llegamos tras subir una larga cuesta, pero mereció la pena, a lo largo del recorrido hay muchas tiendas de recuerdos y comida japonesa. 
Miyajima
Finalmente realizamos una visita diurna al Barrio Gion, dado que todo el grupo quería asistir a una representación que vimos en el Teatro Gion Corner, en el camino cuando íbamos paseando, Manolo (miembro del grupo), consiguió fotografiar con su móvil a una maiko, cosa impensable pues no es nada fácil esta hazaña, con lo cual y gracias a la tecnología ya obra en poder del resto, finalizada la representación regresamos al hotel, donde ya nos estaba esperando la cena en el  restaurante que  como el día de la llegada fue extraordinaria, acabada ésta nos retiramos a nuestras habitaciones a gozar de un merecido descanso.

Día 1 de septiembre 2015
 Después de desayunar, salimos del hotel para dirigirnos a la Estación, pues la salida del tren bala (shinkansen) de JR "Nozomi 3" estaba prevista a las  8,49 horas , llegamos a Hiroshima a las 10,31 horas y comenzamos las visitas, nuestra primera parada fue en la Cúpula de la Bomba Atómica; originalmente este edificio, inaugurado en 1915, era la Exposición Comercial de la Prefectura de Hiroshima y tenía como objetivo promover la venta de bienes producidos en Hiroshima, luego cambio varias veces de función, pero sobre todo es conocido, porque fue la única estructura que quedó en pie cerca del epicentro de la bomba, caminamos por el Parque Conmemorativo de la Paz, parándonos en los monumentos más significativos, como el de la Niña Sadako y otros, paseamos y nos hicimos fotos de grupo para dejar constancia de nuestra presencia en esta ciudad, posteriormente realizamos la visita al Museo, en cual pudimos contemplar los destrozos que provoco el lanzamiento de la Bomba Atómica, comimos en un restaurante cercano y sobre las 14,20 horas dimos por finaliza esta primera etapa dirigiéndonos al ferry que nos trasladaría hasta Miyajima, lugar sagrado donde se considera que conviven hombres y dioses. 
Templo Todaiji
Vimos el Santuario Shiontoísta de Itsukushima; dedicado a la diosa guardiana de los mares, tiene la peculiaridad de haber sido construido parcialmente sobre el mar: así, los edificios se disponen sobre pilotes. El torii del templo tiene varias decenas de metros de ancho. Debido a toda esta belleza, la isla de Miyajima ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, a las 16,40 horas regresamos en ferry a Hiroshima, para coger el nuevamente tren bala (shinkansen) de "Jr Nozomi 56" con destino a Kyoto, llegando a las 20,15 horas  ,antes de la cena paseamos y vimos la Estación de la Ciudad  (un edifico impresionante que mereció la pena ver), ya devuelta al hotel, cenamos en el restaurante y nos retiramos a descansar, pues el día había sido muy intenso en medios de transportes y emociones.

Día 2 de septiembre 2015
Salimos del hotel después de desayunar para  realizar la excursión a Nara, una de las ciudades más tradicionales de Japón, fue la primera capital permanente de Japón, es una ciudad llena de tesoros históricos. Llegamos sobre las 10,00 horas al Templo Todaiji; es el más famoso de la ciudad, según nos comentó la guía es el  templo de madera más grande del mundo, disfrutamos viendo la estatua gigante de Buda. Paseamos y nos hicimos fotos en el Parque de los ciervos sagrados, estos animales eran considerados sagrados y estaba penado con la pena de muerte el matarlos, hoy en día ya no es así, pero están protegidos como tesoro de la naturaleza. 
Santuario de Kasuga
Finalmente nos desplazamos hasta el Santuario Shintoísta de Kasuga; a los pies de las montañas sagradas Kasugayama y Mikasayama y conocido por albergar una magnífica colección de lámparas de piedra y bronce. Acabamos las visitas comiendo en un restaurante cercano. Por la tarde, salimos hacia Osaka, la segunda mayor ciudad de Japón, después de Tokyo. Se encuentra ubicada en la isla principal de Honshu, en la desembocadura del río Yodo en la bahía de Osaka. La ciudad es uno de los puertos y centros industriales más importantes de Japón. Una vez en Osaka iniciamos la visita de la ciudad; nuestro primer objetivo fue el Castillo de Osaka, que se comenzó a construirse en 1583 de la mano de Toyotomi Hideyoshi, quien quería que se convirtiera en el centro del Japón unificado siendo el mayor castillo de la época. Luego nos dirigimos al barrio Dotombori.; una de los más transitados de la ciudad y, sin duda, el que más vida desprende, lleno de bares, karaokes, restaurantes, disfrutamos muchísimo paseando por sus calles y viendo los edificios multicolor y la gente que lo habitaba, posteriormente nos dirigimos al hotel donde pernoctaríamos y nos retiramos a las habitaciones para prepararnos y salir para cenar en un lugar privilegiado, pues era el piso 48 de una torre desde la que pudimos deleitarnos con las maravillosas vistas nocturnas de la ciudad, regresamos al hotel y nos retiramos a descansar, pensando que era la última noche que dormiríamos en ese maravilloso país.

Barrio Dotombori
Día 3 de septiembre 2015
 Después de desayunar y con las maletas preparadas salimos del hotel a las 10,30 horas para hacer una visita panorámica de la ciudad, la misma duró lo programado, pues a las 11,30 horas teníamos concertada la visita del  Museo de Historia de Osaka, permanecimos en él hasta las 13,00 horas disfrutando de las maravillas que el mismo contiene, posteriormente almorzamos en un restaurante que estaba cercano. Ya por la tarde visitamos el Observatorio Umeda Sky Building, que es un edificio espectacular, cerca de las estaciones de Osaka y Umeda. También conocido como la "Nueva ciudad de Umeda". El edificio de 173 metros de altura consta de dos torres principales que están conectadas entre sí por el "Observatorio del jardín flotante" en el piso 39. El observatorio nos ofreció unas fabulosas vistas de la ciudad a pesar de la lluvia que caía en esos momentos, sobre las 16,00 horas nos dirigimos al gran Almacén Yodobashi-Camera, en el cual pudimos efectuar las últimas compras, a las 18,00 horas nos reunimos en el punto de encuentro previamente establecido, regresamos al autocar atravesando calles y calles a través de lo que se conoce como la ciudad subterránea de Osaka, nos impresionaron la cantidad de establecimientos y pasos existentes con multitud de personas circulando por el interior, bonito recuerdo de lo que sería la última visita que realizaríamos en tierras japonesas. Nos trasladamos al aeropuerto para los trámites de facturación y embarque, salimos  a las 22,30 horas en vuelo con destino Madrid, vía  Estambul, donde llegamos a las 5,35 (hora local), permanecimos en tránsito 1,30 horas, emprendiendo nuestro último vuelo a las 7,05 horas a Madrid, donde llegamos a las 11,10 horas, recogimos las maletas para trasladarnos en autobús hasta Valladolid llegando a las 15,00 horas y dimos por finalizado nuestro viaje a tierras japonesas.

Miyajima
Texto y fotografías: Antonio Adrados González.












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Conciertos: XVII OTOÑO MUSICAL, 23 y 24 de octubre 2015

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REAL IGLESIA DE SAN MIGUEL Y SAN JULIÁN
Calle San Ignacio, Valladolid

XVII OTOÑO MUSICAL
En el 20 aniversario de la Coral Valparaíso


Viernes 23 de octubre
20,30 horas.
CORAL AUDINOS
Dirección: Mikel Díaz Emperanza

Sábado 24 de octubre
20,30 horas.
CORAL VALPARAISO
Pianista: David Mínguez
Solista: Natalia Korchágina
Dirección: Antonio Redondo


Entrada libre hasta completar aforo.










Pulsar sobre la imagen para verla a gran tamaño

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Exposición: RETRATO DE ANA DE AUSTRIA, del 20 de octubre al 20 de noviembre 2015

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MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA. ANEXO A SALA XIV
Calle Cadenas de San Gregorio, Valladolid

CICLO "EL SOL SE MUERE"
En el tricentenario del fallecimiento del rey Luis XIV de Francia
En colaboración con la Alianza Francesa de Valladolid

UNA REINA NACIDA EN VALLADOLID RETRATADA POR UN PINTOR VALLISOLETANO

El Museo Nacional de Escultura exhibirá excepcionalmente el retrato de la madre del rey francés, Ana de Austria, a cuya novelesca biografía dedicará también un audiovisual realizado para la ocasión. Hija, hermana y madre de reyes, Ana de Austria (Valladolid, 1601- París, 1666) es una de las personalidades políticas más relevantes del siglo XVII en Europa. Su hijo Luis XIV la situó entre los más grandes reyes que habían existido debido a la habilidad con que se desenvolvió en una época de gran inestabilidad para la situación política de Francia.
Hija de Felipe III y Margarita de Austria, nació en Valladolid durante el periodo en que la corte española se trasladó a esta ciudad. Creció rodeada de reliquias, educada junto a su hermano, el futuro rey Felipe IV, en un ambiente de extrema religiosidad entre el Alcázar de Madrid y el Palacio de El Escorial.
Fue la mayor de ocho hermanos, y la favorita de su padre. Con apenas 15 años tuvo que marchar hacia Francia para cumplir el acuerdo matrimonial firmado con Enrique IV de Francia en 1611. Para zanjar la rivalidad entre las dos potencias europeas, se acordó un intercambio de princesas: Ana partiría hacia Burdeos para contraer matrimonio con el futuro Luis XIII e Isabel de Borbón llegaría a España para casarse con el hermano de Ana, el futuro Felipe IV. El intercambio, al que acudió el Duque de Lerma en nombre del Rey, se produjo en el poético escenario del río Bidasoa, por entonces fronterizo entre España y Francia.
Tras contraer matrimonio, se instalará en el parisino Palacio del Louvre, despertando las envidias y el rechazo de su suegra María de Medici y del Cardenal Richelieu; la dificultad de la reina para concebir al futuro rey de Francia y su continua correspondencia con España, se convertirán en motivos de continua sospecha; tanto que llegaría a ser acusada de conspirar contra Francia y servir a los intereses españoles.
A esto se le suman los rumores de un posible flirteo con el duque de Buckingham, que inspiró parte de la novela de Alexander Dumas Los tres mosqueteros.
Después de más de 16 años, se produce en 1638 el nacimiento del futuro rey de Francia Luis XIV. Pocos años más tarde fallece Luis XIII y su máximo enemigo Richelieu. A partir de ese momento, Ana ocupa una regencia que le lleva a enfrentarse a arriesgadas situaciones, que resuelve con absoluta astucia e inteligencia.
Su personalidad quedó reflejada en la educación de su hijo, quien con solo 13 años es declarado mayor de edad y asume el trono. Desde ese momento su actividad política se ve reducida hasta su muerte en 1666, afectada por un cáncer de mama.

El cuadro es obra de Bartolomé González Serrano (Valladolid, 1564 - Madrid, 1627), pintor del Rey Felipe III, y discípulo de Pantoja de la Cruz. La pintura, fechada en 1621, sigue la tipología más conocida del  artista, el retrato cortesano, que realizaba con el fin de intercambiarlo con otras cortes europeas. La minuciosidad con que se detallan bordados, encajes y joyas, peinado y facciones, hacen de este lienzo "el más gentil y jugoso de sus retratos", según los especialistas en esta pintura.



Viernes 23 de octubre
Patio del Palacio Villena, 19,30 h.
ÓPERA & PRÊT À MANGER
Vivamos como franceses
Proyección de Cadmus et Hermione, de Jean-Baptiste Lully
Degustación de vino y productos franceses

Entrada: 5 €, a la venta en la Asociación de Amigos del Museo.
Organiza: Museo Nacional de Escultura y Alianza Francesa Valladolid.

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Revista ATTICUS monográfico 11, octubre 2015

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En octubre 2015 se ha publicado el número monográfico 11 de la Revista Atticus en edición impresa, un ejemplar de 80 páginas que se distribuirá gratuitamente por la ciudad con motivo de la 60ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (del 24 al 31 de octubre).

En su contenido, especialmente dedicado a la SEMINCI, se puede encontrar:

* Entrevista a Javier Angulo, director de la SEMINCI. Cristy G. Lozano y Luis José Cuadrado.
* 1956, un año de cine. Luis José Cuadrado.
* 20 películas que construyeron la SEMINCI. Ángel Comas.
* 24 años después, la SEMINCI estrenó "Ciudadano Kane". María José Martínez Ruiz.
* La SEMINCI de Valladolid, historia de un festival. Cristy G. Lozano.
* Las espigas de Bergman. Ricardo Pérez.
* Frank Sinatra. Los cien años de un gran actor. Katy Villagrá Saura.
* Donen, Café y recuerdos. Carlos Ibáñez Giralda.
* La muerte evolutiva del cine. Álvaro Martín.
* SEMINCI gráfica. Fotografías de Luis Laforga y Chichi Guerra.
* Noticias SEMINCI 2015.
* Relatos de Cine. Ángel Comas, Salvador Robles Miras, Noemí Valente y Carlos Ibáñez Giralda.

Más información : Revista Atticus.


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Theatrum: LA SAGRADA FAMILIA, el encanto de la escultura napolitana dieciochesca

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GRUPO DE LA SAGRADA FAMILIA
Nicola Fumo (Saragnano, Salerno, 1647 - Nápoles, 1725)
Entre 1701 y 1725
Madera policromada y metal (palmera)
Museo Nacional de Escultura, Valladolid
Escultura barroca italiana. Escuela napolitana















En el siglo XVII la ciudad de Nápoles mantenía estrechos contactos políticos y culturales con España, lo que favoreció la importación de obras de arte después del patrocinio ejercido en la ciudad italiana por los virreyes españoles. Como consecuencia, en las postrimerías del siglo se incrementaron los encargos de obras napolitanas por parte de clientes civiles y religiosos españoles, especialmente esculturas en madera policromada de reducidas dimensiones, muy aptas para ser colocadas en oratorios privados o en algunas capillas patrocinadas por nobles y eclesiásticos.

Tras el brillante capítulo de escultura barroca conocido por el arte español durante el siglo XVII, muchos clientes encontraron en la escultura napolitana una identificación con su peculiar sensibilidad en la interpretación de determinados temas iconográficos, generalmente resueltos con creaciones tardobarrocas conmovedoras para la mentalidad hispana, que las percibía como obras verdaderamente novedosas, valorando no sólo el alto nivel de ejecución técnica y el atractivo acabado conseguido por algunos talleres, sino también el expresivo lenguaje formal acorde con los nuevos tiempos, motivo por el que la demanda de piezas napolitanas se continuó durante el primer cuarto del siglo XVIII.

Entre los autores napolitanos, uno de los que alcanzó en España un notable éxito fue Nicola Fumo, que, en los últimos años del siglo XVII y primeros del XVIII, recibió numerosos encargos desde lugares dispares de la geografía española, tanto de obras realizadas en mármol como en madera, obras que fueron muy apreciadas y que se encuentran diseminadas por poblaciones tan distantes como Medina del Campo (Valladolid), Cuenca, Cehegín (Murcia), Antequera (Málaga), Sevilla, Cádiz, y Madrid, por citar unos ejemplos. En el amplio catálogo de obras de Nicola Fumo en España podemos encontrar desde esculturas devocionales de pequeño formato hasta otras a escala natural, incluyendo imágenes titulares de pasos procesionales.

EL GRUPO DE LA SAGRADA FAMILIA

Realizado a una escala discreta —101,50 cm. de alto y 72 cm. de ancho— el grupo de la Sagrada Familia que se conserva en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid, desde que fuera adquirido por el Estado en 2006, representa el arquetipo del tipo de obras devocionales napolitanas reclamadas para oratorios particulares o pequeñas capillas.

Compone la escena la figura de Jesús infante, que con los brazos levantados es asistido y protegido a un lado y a otro por la Virgen y San José, que estrechan sus manos. Junto a ellos se yergue una palmera de la que penden dátiles, un elemento narrativo que permite interpretar la escena como el retorno tras la huída a Egipto, de modo que viene a ser una nueva presentación pública de un Jesús ya crecido, que junto a sus padres representa una visión terrestre de la Trinidad como reflejo de la Trinidad celeste sugerida por el Espíritu Santo en forma de paloma y tres cabezas de querubines que aparecen entre rayos y nubes por debajo de la palmera, ejerciendo el Niño Jesús como nexo de unión entre ambas1.

De este modo la escena se convierte en una variante de la iconografía de la Sagrada Familiahabitual en España, especialmente presente en los conventos carmelitanos tras la rehabilitación de San José como padre ejemplar divulgada por Santa Teresa en sus fundaciones, al tiempo que reafirma un sentido ideológico católico, basado en los postulados contrarreformistas, del que participaron los artistas del momento, en muchos casos interrelacionados por la circulación de estampas y grabados que facilitaban el compartir las mismas fuentes de inspiración, como lo demuestran los dibujos y grabados de Luca Giordano con una composición similar, tanto la que representa a la Virgen Niña con Santa Ana y San Joaquín como el dibujo de la Sagrada Familia que se conserva en la Galería de los Uffizi de Florencia con una composición muy similar. 
Este tipo de composición tendría una gran difusión, a lo largo del siglo XVIII, en la zona levantina española, alcanzando su máxima calidad con el grupo escultórico realizado por Francisco Salzillo en 1766 para la iglesia de Santiago de Orihuela (Alicante), del que esta composición de Fumo es un claro precedente.

La obra no ofrece ninguna duda sobre su autoría, pues aparece firmada en latín de forma bien visible sobre la peana, con la inscripción "Nicolavs Fvmo F (fecit) Napoli" (Nicola Fumo la hizo en Nápoles). Las figuras presentan unos rasgos estilísticos que caracterizan la última producción del escultor, donde a las características clasicistas tardobarrocas se suma el nuevo gusto rococó, con delicados rostros exquisitamente modelados, cierta obsesión por multiplicar los pliegues de los paños de forma un tanto artificiosa para dotar a las figuras de movimiento, incluyendo cabos al viento agitados por la brisa, y la colocación de las figuras sobre peanas decoradas con vistosas volutas.

Dotadas de un fuerte dinamismo y con gran solemnidad, las figuras presentan un alto grado de virtuosismo, destacando el tratamiento de los voluminosos mantos que envuelven las figuras, el movimiento cadencioso de la Virgen y San José, la disposición de los pies en distintos planos, como si insinuaran caminar, y los discretos motivos ornamentales de la policromía, recurriendo al uso de postizos para aumentar su realismo, como el uso de ojos de cristal que incluye la aplicación de pestañas postizas. A ello se suman otros elementos de atrezo, como la vara florida de San José, las palmas realizadas en metal y los efectistas rayos barrocos de origen sobrenatural.
No obstante, en comparación con la alta calidad de otras esculturas de Nicola Fumo, en este grupo, a pesar de estar firmado, se advierte la intervención de oficiales de su taller como recurso para atender la gran demanda de obras devocionales.


EL ESCULTOR NICOLA FUMO

Datos biográficos de este escultor fueron recogidos por el pintor e historiador Bernardo de' Dominici en su obra Vite dei Pittori, Scultori, ed Architetti Napolitani, publicada en Nápoles en 1742 con biografías de artistas napolitanos recogidas en tres volúmenes. Por él sabemos que Nicola Fumo nació en 1647 en la población de Saragnano, en la provincia sureña de Salerno, en el seno de una familia de tallistas. Tras realizar su formación como discípulo de Cosimo Fanzago, uno de los mayores representantes del barroco napolitano, comenzó a trabajar relacionado con el escultor Gaetano Patalano, recibiendo encargos tanto de la catedral de Lecce como de distintas iglesias de Baronissi y Nápoles, como San Giovanni Battista delle Monache o la Cartuja de San Martino, para la que elaboró las bellas esculturas del Arcángel San Miguel y del Santo Ángel Custodio.

En los años finales del siglo XVII Nicola Fumo, que a su faceta de escultor en madera policromada sumaba su labor como arquitecto barroco, también comenzaría a recibir encargos desde distintos lugares de España, donde alcanzaría una fama superior a la obtenida en Italia. A la prolífica actividad de su taller se debe un extenso catálogo de obras en madera policromada, que se hallan dispersas por distintas poblaciones españolas y que se suman al importante conjunto conservado en Italia.

Entre sus obras más destacadas se encuentran las pequeñas figuras del Niño Jesús y de San Juan Niño que aparecen colocadas en el retablo de la capilla de la Virgen del Pilar de la catedral de Cuenca, firmadas y fechadas en 1694. En ellas Nicola Fumo hace gala de un suave modelado de carácter táctil y de la creatividad en los desnudos de las figuras infantiles, tanto exentas como acompañando a santos, que llegan a conformar un variado repertorio iconográfico bajo la apariencia del Niño Jesús o querubines. Precisamente en la figura de San Juan Niño incorpora un tronco de palmera de características similares al grupo de la Sagrada Familia de Valladolid.

En la sacristía de la misma catedral de Cuenca también se conservan los grupos de  Santa Ana con la Virgen Niña y San José con el Niño, que habrían sido realizados por las mismas fechas, este último muy similar al San José con el Niño conservado en el convento de las Maravillas de Madrid, pendiente de atribución. Es la iconografía de San José una de las más solicitadas a Nicola Fumo, tanto con el Niño exento a su lado como cogido en brazos, como aparece en el San José con el Niño realizado en 1705 para el convento del Carmen de Antequera (Málaga), hoy expuesto en el museo conventual, donde el Niño aparece dormido y San José melancólico meditando sobre su destino.
Otra iconografía en la que Nicola Fumo consigue grandes logros es las representaciones de la Asunción y de la Virgen con el Niño, siendo buena muestra de ello la Asuncióndel convento del Carmen de Antequera, la reverenciada Virgen de las Maravillas (1725), patrona de Cehegín (Murcia), y la Virgen con el Niño o La Napolitana (h. 1695) del convento de San José de Medina del Campo (Valladolid), por citar sólo algunas obras conservadas en España.
Nicola Fumo. San Miguel Arcángel y Santo Ángel Custodio
Museo de la Cartuja de San Martino, Nápoles

No faltaron en su repertorio enviado a España, durante el reinado de Felipe V, imágenes de ángeles en la misma línea que los conservados en Italia, como es el caso del Santo Ángel Custodio realizado en 1702 para la iglesia castrense del Santo Ángel de Cádiz, así como todo un catálogo de santos, tales como San Nicolás de Bari, San Antonio de Padua, Santo Tomás de Villanueva, etc., proporcionando también una nueva visión de la Transverberación de Santa Teresa, como la realizada en 1725 para el Real Convento de Santa Teresa de Madrid. También para Madrid, por encargo del marqués de Mejorada, había realizado en 1698 la imagen de la Caída deCristo camino del Calvario, obra firmada y fechada que al año siguiente fue donada a la iglesia de San Ginés de Madrid. Esta obra, posiblemente la más conocida de Nicola Fumo, es una excelente versión de Cristo vencido por el peso de la cruz y una de las mejores esculturas de la Semana Santa madrileña.

A este repertorio se suma el peculiar grupo de la Sagrada Familia del Museo Nacional de Escultura, realizado en las primeras décadas del siglo XVIII tomando como referente algunas composiciones pictóricas, especialmente los modelos de Luca Giordano y de Francesco Solimena, que, según el historiador Teodoro Fittipaldi2, tanto influyeron en la escultura amable y preciosista del ambiente napolitano del siglo XVIII, incluyendo las figuras para belenes.  
Nicola Fumo. San Juan Bautista Niño y Niño Jesús, 1694
Catedral de Cuenca
       

Informe y fotografías: J. M. Travieso.




NOTAS

1 POLO HERRADOR, María de los Ángeles. Sagrada Familia. Museo Nacional Colegio de San Gregorio: colección / collection. Madrid, 2009, pp. 242-243.

2 FITTIPALDI, Teodoro. Scultura napolitana del Settecento. Liguori Edirore, 1980, pp. 22-23.



Nicola Fumo. San José, 1705. Convento del Carmen, Antequera (Málaga)
Virgen de las Maravillas, 1725. Iglesia de Cehegín (Murcia)













Nicola Fumo. La Napolitana, h. 1695. Cvto. de San José, Medina del Campo
Transverberación de Santa Teresa, 1725. Real Cvto. de Santa Teresa, Madrid 













Nicola Fumo. Cristo caído, 1698. Iglesia de San Ginés, Madrid
















Luca Giordano. Dibujo de la Sagrada Familia, Galería de los Uffizi
La Virgen con Sta. Ana y San Joaquín, grabado sobre una pintura de
Luca Giordano 















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Cine Club: UN MUNDO DENTRO DEL MUNDO, 29 de octubre 2015

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MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA. PALACIO VILLENA
Calle Cadenas de San Gregorio, Valladolid


CICLO LOS CUATRO TEMPERAMENTOS. EL MELANCÓLICO
Con motivo de la exposición "Tiempos de Melancolía. Creación y desengaño en la España del Siglo de Oro"


La música, la pintura, la escultura, la fotografía y el cine son facetas de la creatividad del hombre que hacen coincidir a las personas. Desde su creación en 2011, el movimiento La Revolución Delirante, un grupo de jóvenes profesionales de la Salud Mental formados en el Hospital Río Hortega de Valladolid, ha organizado distintos actos culturales para luchar contra el prejuicio asociado a la enfermedad mental.
En colaboración con nuestro Museo, presentan el ciclo de cine «Un mundo dentro del mundo», que en esta segunda edición propone una serie de películas relacionadas con dos de los cuatro temperamentos del ser humano: el flemático y el melancólico.

Jueves 29 de octubre
Salón de Actos del Palacio Villena, 19 h.
DUBLINESES: LOS MUERTOS
John Huston, 1987, 81 min.

PRECIO ENTRADA:
General: 2,50 €.
La venta de entradas tendrá lugar 20 minutos antes del inicio de cada película.

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Música en octubre: OMBRA MAI FU, de Haendel, en versión de Nathalie Stutzmann

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Nathalie Stutzmann, contralto y directora de orquesta francesa, interpreta esta composición de Georg Friedrich Haendel, perteneciente a la ópera Xerxes, al tiempo que dirige su propia orquesta de cámara Orfeo 55 en el 20 Festival Las Victorias de la Música Clásica de Burdeos. Grabado en febrero 2013.

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Theatrum: LA MUERTE, un macabro heraldo de las miserias humanas

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LA MUERTE
Gil de Ronza (Ronse, Flandes, c. 1483 - Zamora, c. 1535)
Hacia 1522
Madera policromada
Museo Nacional de Escultura, Valladolid
Procedente del convento de San Francisco de Zamora
Escultura renacentista española. Corriente hispanoflamenca











Desde la creación del Museo Nacional de Escultura, la escultura de La Muerte es una de las más impactantes de cuantas se exponen en su colección permanente, tanto por la peculiaridad de su iconografía en el repertorio español como por su propio significado.

La escultura fue conocida por Palomino en el convento de San Francisco de Zamora, que la atribuyó a Gaspar Becerra en base a los dibujos anatómicos con los que este artista multidisciplinar ilustró la Historia de la composición del cuerpo humano, publicada en 1556 en Roma por el doctor Juan Valverde de Hamusco, donde entre otros dibujos se incluyen representaciones del esqueleto humano de carácter científico. Al no existir demasiada coherencia en esta atribución, posteriormente, y basándose en razones puramente estilísticas, algunos autores propusieron las autorías de Juan de Juni y Juan de Valmaseda, este último un escultor arraigado al gótico cuando ya triunfaban en Castilla las nuevas formas renacentistas.

Tanto la autoría como su origen quedaron desvelados por el zamorano José Ángel Rivera de las Heras, que asignó la escultura al ambicioso programa iconográfico que el deán don Diego Vázquez de Cepeda solicitó al escultor Gil de Ronza para la decoración de la capilla funeraria que disponía en el convento de San Francisco de Zamora, arruinado tras su exclaustración a consecuencia de la Desamortización.

Gil de Ronza es un escultor hispanoflamenco que, originario de la villa de Ronse, enclavada en la actual provincia de Flandes oriental, en Bélgica, aparece documentado en Toledo desde el año 1498, desde donde pasaría a Zamora para colaborar junto a Juan de Bruselas en la sillería del coro de la catedral zamorana. Tras trabajar entre 1514 y 1525, en compañía de su hijo Diego, en las tres portadas de la Catedral Nueva de Salamanca, asentaba su taller definitivamente en Zamora, ciudad donde permaneció hasta su muerte en 1535.

Se trata de un escultor que se mantiene fiel a los principios de la escultura flamenca que tanta aceptación tuvo en Castilla. Su obra, aunque escasa, es muy significativa por representar los valores y creencias religiosas vigentes en las primeras décadas del siglo XVI, donde los conceptos de la muerte y de la inmortalidad tenían una presencia constante en el arte de la época, como queda patente en la enormidad de suntuosos sepulcros encargados por nobles y eclesiásticos de toda la geografía española.

En la mayoría de los casos las referencias a la muerte quedan reducidas a la presencia de una calavera, aunque no faltan casos aislados en los que se representa el esqueleto completo con signos de descomposición, como ocurre en la escultura conservada en el Museo Catedralicio de León y, de forma más visible, en la Capilla Dorada de la Catedral de Salamanca, donde en un nicho intercalado entre un nutrido santoral se incluye la figura de la Muerte acompañada de la inscripción "Memento mori", toda una declaración de principios de origen medieval en pleno siglo XVI.

Durante su estancia en Zamora, Gil de Ronza elaboraba la decoración de la citada capilla funeraria del deán don Diego Vázquez de Cepeda, ubicada en el convento de San Francisco, donde a petición del comitente desarrolló un conjunto de esculturas en cuya iconografía quedaba representado el ciclo del Credo. A este conjunto pertenecía la descarnada escultura de La Muerte que hoy se conserva en Valladolid, buena muestra de los recursos estilísticos del escultor.

La escultura de La Muerte se presenta ante el espectador con la mayor crudeza, impregnada de un sentido macabro capaz de atemorizar a quien la contempla, pues aunque el escultor se ha esmerado en realizar un ejercicio de anatomía humana en plena descomposición, la figura insinúa cobrar vida, es decir, intenta sugerir la Resurrección de los muertos en el Juicio final, revolviéndose entre el sudario para mantenerse de pie con dificultad y levantar los brazos para tañer una apocalíptica trompeta con forma de cuerno y señalar con su mano derecha hacia lo alto para que el espectador saque sus propias conclusiones.

Ajustándose al gusto flamenco por los detalles minuciosos, y con el fin de inculcar la idea de la miseria humana, la fugacidad de la vida y el temor de Dios, la escultura, de tamaño natural, está descrita de forma tremendista en todos sus elementos, destacando la piel putrefacta que deja visible parte de los huesos, el proceso corporal de descomposición, incluyendo gusanos que se mueven por sus entrañas, y la boca desdentada que casi sugiere una amenazante sonrisa sardónica, conjunto de recursos que sin duda adquirirían mayor elocuencia en su emplazamiento funerario original como predicamento sobre la fugacidad terrenal a través de un cadáver con aspecto real.

Estos detalles minuciosos, junto a un gusto tardogótico, también están presentes en otras obras de Gil de Ronza, como en el Ecce Homo realizado en 1522 y perteneciente a la Cofradía de la Vera Cruz de Zamora, que se conserva en el convento zamorano del Tránsito, con un movimiento cadencial similar al de La Muerte, o en la mutilada y monumental escultura de San Cristóbal que, también procedente del convento de San Francisco de Zamora, se guarda en la iglesia-museo de San Sebastián de los Caballeros de Toro.

La escultura de La Muerte fue legada en 1850, por vía testamentaria, por don Pedro González Martínez, director del primitivo Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid, a la Academia de Nobles Artes de la Purísima Concepción, pasando después al Museo, donde aparece catalogada desde 1916.        

Informe y fotografías: J. M. Travieso.



Bibliografía

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HERNÁNDEZ REDONDO, José Ignacio. La Muerte. Museo Nacional Colegio de San Gregorio: colección / collection. Madrid, 2009, pp. 94-95.

MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José. En torno al tema de la muerte en el arte español. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología (BSAA), Universidad de Valladolid, 1972, p. 277.

PALOMINO DE CASTRO Y VELASCO, Antonio. El museo pictórico y escala óptica. Madrid, 1983, p. 37.

PEREDA ESPESO, Felipe. Escultura y teatro a comienzos del siglo XVI: La Capilla del Deán Diego Vázquez de Cepeda. Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, tomo 6, Madrid, 1994, p. 179.

Gil de Ronza. Ecce Homo, 1522, Cofradía de la Vera Cruz
Convento del Tránsito, Zamora
RIVERA DE LAS HERAS, José Ángel. El Ecce Homo del convento del Tránsito y el escultor Gil de Ronza. Barandales nº 4, Zamora, 1993, p. 41.

RIVERA DE LAS HERAS, José Ángel. En torno al escultor Gil de Ronza. Zamora, 1998, pp. 106-109.


















Gil de Ronza. San Cristóbal
Iglesia-museo de San Sebastián de los Caballeros, Toro (Zamora)















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